martes, 8 de enero de 2008


Edith Piaf regresa a La Habana

Lázaro Sarmiento


La más grande cantante francesa ha regresado a La Habana cincuenta años después de su presentación en la pista luminosa del cabaret Montmartre de la capital cubana y a 44 años de su muerte en París. Edith Piaf ha vuelto en los fotogramas de una película que refleja su intensa trayectoria: La vida en rosa.

La cinta fue el suceso cinematográfico en Francia el pasado año. Un drama del director Olivier Dahan, protagonizado por una estupenda Marion Cotillard. Esta actriz copió en la pantalla los gestos ortopédicos de la legendaria cantante. Reflejó su turbulencia interior y sobre todo esa dignidad de flor extraña que, pese a las promiscuidades de la existencia, elevó al “Gorrión de Paris"por encima de sus coterráneos. La Cotillard logró ser, como Edith en la vida real, insegura, temperamental, seductora, fea, diva, alegre, romántica, alcohólica, feliz por momentos, conmovedora durante las dos horas y treinta minutos de proyección.

La noche del 25 de enero de 1957 Edith Piaf subió al escenario del cabaret Montmartre,de La Habana, donde actuó hasta el 7 de febrero. En la televisión de la Isla se presentó en el programa Jueves de Partagás . La revista Bohemia describió su presencia en el famoso centro nocturno: “Está cantando metida en su traje sin adornos. Calzada con sus zapatos sin tacones… Todo el adorno que usa para salir a escena está en su voz. la misma voz que hace 20 años escucharon los parisienses conmovidos en la esquina de la Rue Troyon y otras esquinas del París sentimental. …Para el público común, el principal adorno de una artista deben ser sus joyas. ¿Dónde están las de esta estrella que se hace pagar los sueldos más elevados del mundo?”

De su relación con los artistas cubanos queda una frase sobre Bola de Nieve, a quien vio en el Chez Florence, de la capital francesa. Edith Piaf comentó: "Nadie canta La vie en rose como él".

Un ser dramático que adoraba la vida

Edith Piaf regresa ahora biografiada a La Habana en este imprevisible invierno de 2008. El filme, estrenado en las salas Infanta y Yara, permite acercarnos a una artista de quien Aznavour dijo fue un ser dramático que adoraba la vida. Pienso en esta frase mientras llevo al reproductor de música el par de discos regalados por un amigo hace unos cuantos años y que contienen algunas de las más memoriosas interpretaciones de la cantante.

Esta noche, luego de ver La vida en rosa, consumo estas grabaciones con una emoción que marca distancia de la primera vez que las escuché. Busco en canciones como Hymne à l'amour, Padam…padam”, L'Accordéoniste, o Mílord las claves de una existencia marcada por el melodrama, el éxito, el sufrimiento y la pasión. ¿Cuál de estos títulos expresa el dolor de Edith ante la muerte del boxeador Marcel Cerdan, el gran amor de su vida? Se conocieron en 1948 pero él muere al año siguiente al estrellarse el avión en el que viajaba de París a Nueva York para encontrarse con ella.

Trato de seguir a través de estas canciones el hilo invisible de una vida que comenzó en una pobreza de fango y que luego conoció la fama y la gloria en Europa y América. Mimada por la radio y los discos, admirada por escritores como Jean Cocteau y estrellas como Marlene Dietrich, se convirtió en ídolo de multitudes. Desde hace décadas: voz de culto., icono de la nostalgia.

Esta voz siempre tendrá la eternidad

¿Qué melodía recoge con mayor poesía las fuerzas que debió reunir en 1961 durante la serie de conciertos en el Olyimpia cuando su cuerpo ya estaba carcomido por el cáncer? ¿Non, je ne regrette rien, que estrenó en esa temporada y consideró el himno de su vida porque proclamaba que no se arrepentía de nada? Esos recitales salvaron de la quiebra al emblemático teatro parisino en una época en que ya Edith Piaf estaba tan enferma que casi no podía mantenerse en pie y se movía y cantaba a base de considerables dosis de morfina a la que recurría desde hacia años para mitigar el dolor .

Estos y otros episodios están incluidos en “La vida en rosa” en una sucesión de flashbacks que alteran con efectividad los tiempos narrativos. La película cuenta lo esencial de una vida que constituye una revelación para los jóvenes espectadores. Las adversidades que sufrió esta mujer de físico frágil, manos crispadas y voz desgarradora, a la cual la felicidad le jugó una mala pasada muchas veces , nos hace sentir casi culpables desde el confort de la platea.

La de Edith Piaf es una historia con ingredientes que parecen salidos de los cuentos de había una vez pero con una diferencia. Un autor perverso puso demasiados infortunios en la vida la princesa, a quien la ilusión del amor acompaña hasta el final en 1963. Para esa fecha, la princesa era una mujer prematuramente envejecida que, sin embargo, no duda en casarse con su último amante Théo Sarapo, un cantante joven y apuesto de 26 años. Él declara que tiene la impresión de ser un hijo que cuida a su anciana y enferma madre.

Las grabaciones de Edith Piaf rearman experiencias vividas para crear escenarios futuros. Esa voz tendrá siempre la eternidad.
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