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viernes, 14 de agosto de 2015

SIMBOLO


El  cigarro es uno de los símbolos del deseo. En  la historia del cine el tabaco asumió una función alegórica.  Las  estrellas   del  celuloide contribuyeron a extender  por el mundo  el hábito de fumar.  En el libro  La diva nicotina, historia del tabaco, su autor Iain Gately  recuerda que los cigarros pasaron a ser un símbolo de poder, o un sustituto del pene, como afirmaba Carl Jung,  discípulo de Freud: “Los hombres de negocios, los del  mundo del espectáculo y los gánsteres  aparecían en las películas  fumando un cigarro. Edward G. Robinson, rey de los matones de la pantalla,  sabía mordisquear el extremo de su cigarro con un gesto tan amenazador que a las  mujeres del público caían desmayadas”.

martes, 1 de junio de 2010

LA HABANA Y LAS ACERAS DEL DESEO.


Por: Lázaro Sarmiento

¿Qué se hizo la gente que hace veinte o treinta años se paraba de noche en los portales de La Sortija? Algunas antiguas aceras del deseo en La Habana desaparecieron en medio de aluviones de noticias, arterias envejecidas, rutas desviadas, pasajes en aeropuertos, felicidades domésticas…

El costado del Hotel Plaza, La Sortija, el Paradero de la Víbora, la tendedera de Acosta...son ahora escenarios jurásicos, sitios olvidados de encuentros casuales , sin público con brillo "de fiesta" en las miradas.

En los años ochenta, a un tramo de la calle Monte, entre Cárdenas y Zulueta, un escritor notable le llamaba, entre sus íntimos, “El hueco de Proserpina” porque en la madrugada varios de sus amigos gays se perdían entre las columnas del lugar, raptados como Proserpina por manos poderosas. Para ellos, a esas horas, no había nada más profundo y placentero que la urgencia de su sexo.

Cambian los perfumes sobre los cuellos y el alcance de algunas palabras. Y cambian las marcas de cigarro que producen el humo que enlaza los labios. Pero permanecen idénticas ciertas mímicas del cuerpo en la madrugada.

Ante la progeria de estos lugares, la ciudad inventa otros escenarios para el deseo.



Imagen: Proserpina, obra de JosephHeintz.
HOTEL PLAZA.

En esta calle hubo hace tiempo una parada de ómnibus. Los hoy inmaculados portales del Hotel Plaza de La Habana alguna vez fueron sitios de encuentros casuales.

El siguiente poema, Hotel Plaza, pertenece al libro Fotos de la Memoria (2001-2007) del escritor Alberto Acosta-Pérez (La Habana, 1957).

Cuando abandoné la habitación
alquilada por cuatro o cinco horas,
miré de reojo tu cuerpo aún dormido
y salí a la calle pisando fuerte y sin bajar la mirada.
Todos me vieron caminar con el rostro sereno,
como si no hubiera pasado nada irrevocable.
No repararon en las orejas y la mordida,
ni en el olor que como un argumento definitivo
se quedó en mi carne igual que los dinosaurios en las rocas
antiguas
un olor enredado para siempre en las estrellas vaporosas
y distantes.

Cuadro de la serie Oscuro, de Rocío García.

sábado, 14 de marzo de 2009

Parejas.
Por: Lázaro Sarmiento

Lo que une a dos personas en esa intimidad blindada que llamamos pareja y que a veces nos parece natural y perfecta y otras extraña (puede llegar a lo diabólico), constituye para mí uno de los grandes misterios. Nunca he tratado de comprender esa química. Tal vez por comodidad, pereza o respeto.

Parejas:

“Para vivir en pareja, importa mucho más saber dormir juntos que saber acostarse juntos”. Michael Tournier.

Parejas:

“Sólo porque nos parecemos tanto reaccionamos tan violentamente a las diferencias entre nosotros, o lo que a él le parecen diferencias…Si dos personas son tan poco parecidas, como tú y yo, se alegran cuando descubren puntos de acuerdo. Pero si son tan parecidas como yo y Nietzsche sufren a causa de sus diferencias”. Lou-Andreas Salomé

Imagen en blancoy negro: Boy meets girl, 1940. Nueva York. Weegee Getty Images


“Tras varios años de unión alcanzaron una plenitud mutua: la aceptación de sus propias vergüenzas ocultas, Dejaron de esconderse y reprimirse. La vergüenza de cada uno encontró entre ellos una finalidad e incluso fue amada. La vergüenza del deseo de ser orinado, la de estar demasiado gordo o demasiado flaco, la de anhelar ser su esclavo o la de convertirse en su prisionero, tuvieron a partir de ese instante un sabio desfogue.”
Antón Arrufat en Ejercicios para hacer de la esterilidad virtud. (Ediciones Unión, 2007)


Arriba, derecha: Fotograma de El imperio de los sentidos. Esta película se basa en un suceso real que ocurrió en Japón. “Seis días en la cama. Ella: Sada Abe, ex-prostituta, ninfómana, desequilibrada e hipersensible. Él: Kichizo Ishida, sumiso nihilista y subyugado a los encantos de Sada. Ambos protagonizaron en la primavera de 1936 un maratón orgásmico y pasional que desembocó en la asfixia erótica y consentida de Kichizo y con sus genitales cercenados en el bolso de su amante. La historia trascendió con míticos matices…”
ecoestadistica.com