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domingo, 6 de enero de 2013

LOS REYES MAGOS VENIAN EN LA LIBRETA DE ABASTECIMIENTO.


Muy pocas veces busqué debajo de la cama los juguetes de Melchor, Gaspar y Baltasar los dias seis de enero. Los descubría recién llegaban de la ferretería que estaba en la Calzada de Concha, en Luyanó. Recuerdo algunos de los juguetes que disfruté mediante el sistema diseñado en Cuba en la década de 1960 para que los niños recibieran regalos en su día mágico del año: uno básico, otro adicional y un tercero dirigido.

A un lector no familiarizado con la historia de los avatares cotidianos de esta Isla puede resultarle incomprensible la frase “uno básico, otro adicional...”. En pocas palabras: los padres podían adquirir en las tiendas estatales tres juguetes para cada hijo. El juguete básico era de mayor precio y podía ser una bicicleta, una muñeca, unos patines o un juego de carpintero. Los otros eran de precios inferiores.

Para algunas personas el sistema establecido era agónico. Llegó a incluir turnos por teléfono en el acceso a los comercios. Para otras, la distribución de los juguetes del Día de Reyes por la cartilla de racionamiento establecía una igualdad por decreto mucho más equitativa que tiendas repletas de juguetes y bolsillos vacíos. (1)

Ahora invitar a Melchor, Gaspar y Baltasar a que dejen su regalo debajo de la cama o en un sitio especial de la casa es una decisión condicionada por la economía familiar. Y hacerlo con ostentación en las condiciones actuales de la sociedad cubana puede herir la sensibilidad infantil. Sucede que hay familias que conviven con holgados Reyes Magos. Muchas no.

La manera en que este tema se asume no solo tiene que ver con las posibilidades materiales, sino con la ética y la inteligencia de los padres.

En aquella época de los “juguetes por la libreta” surgieron insatisfacciones, tribulaciones y frustración porque muchas veces el juguete que anhelábamos no era el que nos tocaba .Pero el mundo de los adultos, como el de los niños, no es perfecto. El juguete básico y los adicionales fueron en su momento expresión de principios solidarios y de igualdad social. Esos artículos normados y observados con incertidumbre detrás de los cristales de las vidrieras formaron parte de los sueños y las alegrías de millones de niños cubanos.

(1) Ver Encuesta sobre el Nivel de Vida del Trabajador Agrícola Cubano realizada por la Agrupación Católica Universitaria. Artículo Estructura y miseria del campo cubano (1958)publicado en la revista Carteles, La Habana, 16 de marzo de 1958, pp 38-40, 113-114.
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lunes, 5 de septiembre de 2011

JUGAR.


¿Cuál es la razón por la que los adultos no jugamos con juguetes?
G. K. Chesterton argumentaba: “La razón es que jugar con juguetes exige mucho más tiempo y trabajo que cualquier otra cosa. Jugar tal como los niños lo entienden es la cosa más seria del mundo”.



Imagen: Bad Cowboy_2009 de Rocio García.


sábado, 4 de septiembre de 2010

OFICIO PARA ADULTOS: CUIDAR UNA MUÑECA.

Por: Lázaro Sarmiento

Se han preguntado ustedes ¿cuál es la razón por la que los adultos no jugamos con juguetes? G. K. Chesterton argumentaba: “La razón es que jugar con juguetes exige mucho más tiempo y trabajo que cualquier otra cosa. Jugar tal como los niños lo entienden es la cosa más seria del mundo”.

Chesterton afirmaba también que es mucho más sencillo consagrarse a una obra pedagógica que cuidar de una muñeca. Lo explica en su libro Enormes minucias (Colección Austral, Buenos Aires, 1946). Adquirí este título cuarenta años después de esa fecha, de manos de Jose (sin acento), un vendedor ambulante de libros de viejo que ponía su carga en los portales de la avenida Carlos III de La Habana y que muchos lectores deben estar añorando por los precios tentadores de sus ofertas.

“Es mucho más sencillo consagrarse a una obra pedagógica que cuidar de una muñeca. Tan fácil es escribir un artículo sobre pedagogía como escribir un artículo sobre las almendras tostadas o sobre los tranvías o sobre cualquier otra cosa. Pero cuidar de una muñeca es casi tan difícil como cuidar de un niño. Las niñas que yo encuentro en la calles de Battersea adoran a sus muñecas de una forma que me recuerda más a la idolatría que al juego. En algunos casos, el amor y el cuidado del símbolo artístico ha resultado más importante que la realidad humana que originalmente se trataba, supongo yo, de simbolizar”.

Y seguidamente Chesterton explicaba que el hombre que escribe sobre la maternidad es meramente un pedagogo; la niña que juega con una muñeca es una madre. Luego, sin que nos demos cuenta, como era costumbre en este autor, nos lleva a otra reflexión: el placer puro. Según Chesterton, en este mundo no podemos lograr el placer puro. En parte, porque el placer puro sería peligroso para nosotros y para los que nos rodean.

Si yo tuviera dinero coleccionaría juguetes. Ahora me conformo con tener esta reproducción de un Ford, modelo 1953, que desde el techo del refrigerador observa a los visitantes que llegan a mi casa.

Strength Training, de Steven Klein, fotografía de agosto de 2006

En Enormes minucias Chesterton reúne textos originalmente publicados en el periódico británico The Daily News. Los temas van desde el trozo de una tiza hasta el secreto de un tren, incluyendo la crónica titulada El Teatro de Juguete.

domingo, 3 de mayo de 2009

JUGAR ES LA COSA MAS SERIA

Por: Lázaro Sarmiento

Se han preguntado ustedes cuál es la razón por la que los adultos no jugamos con juguetes. Chesterton argumentaba: “La razón es que jugar con juguetes exige mucho más tiempo y trabajo que cualquier otra cosa. Jugar tal como los niños lo entienden es la cosa más seria del mundo”.

Me atrevo asegurar que Maykel González desde su atalaya en Sagua la Grande estará de acuerdo con la afirmación del escritor británico.

Cuando me ataca el virus de la pereza actualizo el blog con subrayados hechos en las páginas de algunos libros que aprecio. Uno de estos libros es Enormes minucias, de G. K. Chesterton (Colección Austral, Buenos Aires, 1946). Lo adquirí cuarenta años después de esa fecha, de manos de Jose (sin acento), un viejo librero ambulante que ponía su carga en un portal de la avenida Carlos III de La Habana.

En Enormes minucias Chesterton reúne textos originalmente publicados en el periódico The Daily News. Los temas van desde un trozo de tiza hasta el secreto de un tren, incluyendo el titulado El Teatro de Juguete.

“Es mucho más sencillo consagrarse a una obra pedagógica que cuidar de una muñeca. Tan fácil es escribir un artículo sobre pedagogía como escribir un artículo sobre las almendras tostadas o sobre los tranvías o sobre cualquier otra cosa. Pero cuidar de una muñeca es casi tan difícil como cuidar de un niño. Las niñas que yo encuentro en la calles de Battersea adoran a sus muñecas de una forma que me recuerda más a la idolatría que al juego. En algunos casos, el amor y el cuidado del símbolo artístico ha resultado más importante que la realidad humana que originalmente se trataba, supongo yo, de simbolizar”.

Y seguidamente Chesterton explica que el hombre que escribe sobre la maternidad es meramente un pedagogo; la niña que juega con una muñeca es una madre. Luego, sin que nos demos cuenta, como era costumbre en este autor, nos lleva a otra reflexión: el placer puro. Según Chesterton, en este mundo no podemos lograr el placer puro. En parte, porque el placer puro sería peligroso para nosotros y para los que nos rodean.

lunes, 9 de febrero de 2009

VIDA PRIVADA.
Probablemente esperan a que todos estén durmiendo en la casa para desarrollar sus propias fantasías. Pensé que algunos objetos cercanos a mi computadora pudieran estar en el blog.

Acabo de descubrir que hay una página dedicada a la vida privada de los juguetes. (The Private Lives of Your Fav) El sitio sostiene la idea de que, cuando no son observados, los juguetes realizan actividades y se comunican entre ellos, tienen su propia vida.

VIDA PRIVADA.
Tal vez secretamente, durante la noche, este coche-radio traslade a Bette Davis.
Enlace: http://ffffound.com/image/6134202214cf84323c7c61070e49871077f73345?c=2406639
ecoestadistica.com