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martes, 11 de marzo de 2014

ESQUINAS DE LA HABANA.

Prado y Neptuno, una de las esquinas fabulosas de La Habana. Pero el diseño del Hotel Parque Central le quitó vida y encanto a los antiguos portales del lugar, antes colmados de gente, librerías y bares.  Ahora parece que el error no se repetirá en el nuevo Hotel Manzana (antigua Manzana de Gómez) pues el imponente edificio   conservará sus tiendas y galerías en la planta baja.  

lunes, 14 de septiembre de 2009

HOTELES PARA AMANTES AL ATARDECER.


Por: Lázaro Sarmiento

Me atraen los pequeños hoteles de ciudad, discretos en el paisaje urbano. A veces lo único que los distingue entre las hileras de fachadas y edificios es ese cartel universal de cinco letras detrás del cual se esconden historias apasionantes o anodinas, intrigas y cariños, o la nada: HOTEL.

La primera vez que dormí en La Habana fue en una casa de huéspedes, Belinda, en la calle Neptuno, donde mi padre vivió un tiempo mientras buscaba una vivienda para mi madre y para mí que entonces tenía seis años de edad. Belinda era una casa de huéspedes lo suficientemente grande como para parecerse a un hotel chiquito.

Pero esos hoteles sencillos han ido desapareciendode La Habana con los años y los que existen en la actualidad están vinculados directamente al quehacer de organizaciones sociales o instituciones estatales.

Hoy me alegró descubrir un cartel de hotel que no había percibido en la calle Bernaza, frente al parque Albear, al inicio del bulevard de Obispo. El hotel se llama Ligerito y el nombre sugiere que presta servicios a la Industria Ligera.

Los amantes furtivos, los viajeros de paso, las parejas hambrientas de sexo, la gente misteriosa y los solitarios deben estar añorando los hoteles modestos de ciudad.



miércoles, 15 de abril de 2009

La Habana: esquina de Neptuno y Zulueta.


La manzana conformada por las calles Neptuno, Prado, Virtudes y Zulueta en La Habana sufrió una transformación total en las últimas décadas. La foto de arriba, que salió de los archivos en Internet de la revista Life, capta la esquina de Neptuno y Zulueta, en plena campaña politiquera en los años cuarenta. La imagen de abajo pertenece a la misma esquina y la tomé hoy miércoles 15 de abril de 2009. Donde antes hubo un conjunto de viejas edificaciones se levantó el Hotel Parque Central. (cinco estrellas)

lunes, 23 de febrero de 2009

Muere Aida en el cemento, sobrevive en papel.

Por: Lázaro Sarmiento

La batalla del tiempo entre mi viejo Libro Victrola de la Opera y el antiguo local de la RCA Victor en la calle Neptuno, 204, en La Habana, la ganó el primero. La Aida de papel venció a la que una vez fue flamante fachada del negocio de discos en la Isla.

Hace algunos años le compré a un vendedor ambulante El Libro Victrola de la Opera, editado por la RCA Victor en 1930. Este volumen tenía “como misión principal satisfacer al amante de la ópera que recurre a su máquina parlante como un substituto, o como un complemento, de la ópera”.

El libro incluye la fecha de estreno de cada obra, una lista de los personajes principales y un breve comentario introductorio. Le sigue una descripción de la ópera, con detalles de los pasajes vocales o instrumentales más importantes que podían adquirirse en los catálogos de Discos Victor Ortofónicos de los años veinte.

La fatal pietra
Ponselle y Martinelli Disco 3040
Gadski y Caruso Disco 8015


“ ‘Morir tan pura y bella’, canta Radamés y Aida repite la melodía, hablando del ángel de la muerte que se acerca radiante para llevarlos en sus alas de oro a una dicha eterna, donde todas las aflicciones cesan y comienza el paraíso de un amor inmortal”.

Morir¡ si pura e bella¡
Ponselle y Martinelli Disco 3040



Aprecio el libro no solo por sus útiles referencias musicales, sino por ser testimonio de épocas gloriosas de la ópera y de una relación más refinada entre la música y el público. Y, sobre todo, por la exquisita y elegante edición.

Hoy volví a comprobar que el viejo Libro Victrola de la Opera mantiene intactas las cualidades en su mundo de papel. En cambio, el tiempo erosionó dramáticamente las paredes del antiguo edificio comercial de la calle Neptuno. Aquí se vendió por primera vez, hace muchos años, el título impreso que tanto deleite me produce.
Imagen: Fachada Edificio no.204, Neptuno entre Industria y Águila, Centro Habana. Foto: Lázaro.

martes, 17 de febrero de 2009

Carroza de Fin de Siglo.

La otra tarde me encontré con este coche en la calle Águila, a un costado del edificio de Fin de Siglo, una de las tiendas más grandes de Cuba. Había algo irreal en el carruaje y su caballo. Durante unos quince minutos esperé al conductor, o tal vez a una probable modelo con ínfulas de princesa urbana. Me fui sin que apareciera nadie.

Con Fin de Siglo tengo una antigua relación. Es el edificio que recuerdo de mi primer recorrido por las calles de La Habana de la mano de mi padre. Habíamos dormido en una casa de huéspedes, Belinda, en la calle Neptuno. Bajamos a desayunar y me impresionó el ritmo vertiginoso de la ciudad con su tráfico, las cafeteras automáticas como diosas de brazos metálicos y la gente imitando la locura de las hormigas en sus rutas hacia los trabajos. En la cornisa de Fin de Siglo, ya nacionalizada la tienda, habían colocado una palma real. Siempre me ha quedado la duda si la palma es un recuerdo inventado.


El emblema de Siglo en la calle Galiano es uno de los más atractivos dibujos en las aceras de La Habana.

Fotos: Lázaro Sarmiento.
ecoestadistica.com