Mostrando entradas con la etiqueta periodismo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta periodismo. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de febrero de 2010

UNA AMISTAD EN LA HABANA: HEMINGWAY Y CAMPOAMOR.

Por: Lázaro Sarmiento

Fue la persona a la que Ernest Hemingway le entregó la medalla de su Premio Nobel con la misión de que la colocara en el santuario de la Virgen del Cobre en Santiago de Cuba, donde permanece desde entonces. El acontecimiento tuvo lugar el 13 de agosto de 1956 en la Cervecería Hatuey del Cotorro. Este lugar sirvió de escenario a un sentido homenaje al autor de El viejo y el mar, en el que participaron relevantes personalidades de la cultura, periodistas, instituciones y pescadores de Cojímar.

La persona a la que me estoy refiriendo es Fernando G. Campoamor, periodista que nació en Artemisa el 4 de junio de 1914 y murió en La Habana el 29 de diciembre de 2001. Su nombre no me era ajeno pues conocía textos suyos sobre el ron, el turismo, la guayabera y El Floridita, entre otros, y - claro está- sobre su relación con Ernest Hemingway. Entre ambos hubo una relación fraternal, admiración intelectual y afinidades compartidas. Sin embargo, poco conocía de los últimos años de vida de Campoamor. Incluso, algunas web culturales cubanas no consignan la fecha de su fallecimiento.


El profesor en Cultura Física y Deportes Osmar Mariño Rodríguez (Holguín, 1964) conoció a Campoamor en La Habana una tarde de 1997. La amistad y el diálogo surgido entre el joven con inquietudes investigativas y el periodista de larga experiencia, cristalizó años después en este libro de 86 páginas de Mariño, calificado como indagación entre el periodismo y el testimonio, titulado La Habana de Hemingway y Campoamor (Ediciones Extramuros, La Habana, 2009) .

MI DAIQUIRI EN EL FLORIDITA…

Por cierto, a través de las palabras de Campoamor recogidas por Mariño conozco la explicación sobre la famosa frase que Hemingway escribió en un cuadro que hay en el bar de La Bodeguita del Medio, un lugar legendario de la capital cubana debido a la magia de su ambiente y a los viajeros de todo el planeta que han pasado por este restaurante de La Habana Vieja. La frase de Hemingway en cuestión dice: "Mi daiquirí en El Floridita, mi mojito en La Bodeguita”.

“Sin embargo, fue sólo una estrategia para atraer más turistas, ya que Hemingway no fue un cliente fijo de La Bodeguita. Huía de los periodistas que visitaban mucho este sitio.”

Bueno, esta es solo una anécdota pequeña contada en el libro. Hay otros datos en sus páginas que lo convierten en una lectura interesante, informativa y amena. Sobre todo, constituye un tributo a una personalidad cubana de la que el escritor Lisandro Otero dijo:

“Dotado de una notable facilidad para la comunicación verbal y posibilidades especiales para el dominio de la prosa, Campoamor fue absorbido por una entrega total al periodismo, lo cual le impidió dejar una obra relevante. Personalidad polémica en el ambiente cultural cubano de su tiempo (…) Deben saludarse esfuerzos como éste, que implican el rescate de parcelas injustamente olvidadas de nuestro patrimonio”.



Aquí la fórmula del daiquirí especial, de Hemingway, citado por Campoamor en la entrevista publicada en el libro La Habana de Hemingway y Campoamor:
4 onzas de Habana Club Light Dry
2 cucharaditas de juego de toronja
1 cucharadita de marrasquino
1 limón verde
Y hielo frappé.




Foto tomada en el homenaje a Ernest Hemingway, efectuado en la cervecería Hatuey, en el Cotorro, La Habana, el 13 de agosto de 1956. El maestro de ceremonias fue el locutor Manolo Ortega. Actuaron Los Cumbancheros Cubanos, Luis Carbonell y Amelita Frades. El organizador del evento fue el periodista Fernando G. Campoamor, gran amigo de Hemingway en Cuba.

TEXTOS RELACIONADOS CON HEMINGWAY Y LA HABANA:
HEMINGWAY Y SU AMANTE HABANERA.
AVA GARDNER EN LA HABANA.
CAFÉ PARIS
LAS HORAS DEL HOTEL NEW YORK
DESEMBARCO POR LA LANCHITA DE REGLA.

jueves, 16 de abril de 2009


Diversidad sexual y medios de comunicación

La homofobia, aunque a veces se intente dar otra imagen, también está presente en los medios de comunicación. En ocasiones , el silencio es su mayor expresión. Ocultar la realidad de las llamadas minorías sexuales ya es una manera de discriminarlas. Evitar las fuentes de información procedentes de estos medios e, incluso, a personalidades que han salido públicamente del closet porque de alguna manera se les considera escandalosos o podría generar una reacción contraria en la audiencia, es otra forma de discriminar.

El texto forma parte del Informe Género y comunicación, del Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe, SEMIac. Esta entidad publica el siguiente decálogo bajo el título Por un periodismo más inclusivo que recoge su propia experiencia en el tratamiento de la diversidad sexual en los medios de comunicación.

1. No temer al tratamiento del tema de la diversidad sexual. Empiece por enfrentar sus propios prejuicios.

2. Realizar reportajes de investigación que demuestren el rechazo a estas personas y las consecuencias que puede traer para ellas ese rechazo.

3. Informar sistemáticamente sobre qué es la homosexualidad, el travestismo y la transexualidad. Estudios realizados demuestran que buena parte del rechazo se basa en la ignorancia de las personas sobre estos temas.

4. Incluir voces procedentes de estos sectores en los reportajes. En caso de que sean líderes de organizaciones, presentarlas como tal y con el mismo nivel de importancia que se le suele conceder a representantes de otros sectores. Acudir a estas voces, no sólo cuando hacemos un trabajo de diversidad sexual sino también en otros temas donde su opinión podría ser relevante.

5. Siempre que pueda ser importante para la información y la persona esté de acuerdo, preséntela como gay, lesbiana, travesti o transexual. A veces se piensa que si, en el caso de las personas heterosexuales, no se dice su orientación sexual de alguna manera es marcar una diferencia decirlo en estos casos. El problema es que las personas heterosexuales no necesitan ser visibilizadas, ya lo están ampliamente.

6. No condicione la aceptación a estas personas con exigencias que no se le hace a las heterosexuales. Por ejemplo, es usual decir que “un gay es buena persona porque no se mete con nadie y vive tranquilo en su casa sin exhibir su condición homosexual”.

7. Informe sobre las demandas de los grupos integrados por gays, lesbianas, transexuales y travestis con el mismo nivel de prioridad que las de otros actores sociales. Siga de cerca los cambios favorables a nivel social. Haga reportajes o entrevistas con figuras públicas, reconocidas, del mundo del arte, la cultura en general, provenientes de este mundo o no, pero que contengan un mensaje positivo hacia la diversidad sexual.

8. Enfrente el tema de la diversidad sexual como un problema de derechos.
Foto izquierda: Felo. Es gay, trabaja en Radio Enciclopedia. Vive en Regla. Contra viento y marea nunca ocultó sus preferencias sexuales. En ocasiones Felo trabaja junto con su hermano en espectáculos de travestis. En la actualidad integra, en representación de la radio cubana, la brigada contra el mosquito Aedes aegypti del Policlínico Rampa, en el Vedado.
ecoestadistica.com