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viernes, 22 de agosto de 2008


LOS LABIOS INVISIBLES DE LA RADIO.

Por: Lázaro Sarmiento
El arte perdido de la conversación, trasatlánticos, dinosaurios, cortes, sonatas, naves cósmicas en las fronteras del Sistema Solar, Unicornio, silencios, estrellas de cine, estalló la guerra del Golfo, “desde el quinto piso del Edificio Ene, en el corazón de la Rampa; ciudades y selvas, canciones de moda, proezas científicas, Chica material…La radio me ha dado un universo entero desde la altura de un micrófono y la inmensidad de sus cabinas.

He trabajado junto a gente laboriosa, inteligente y creativa. Y gracias a este medio tuve la oportunidad de conocer a dos personas especiales que hasta hace muy poco tiempo estuvieron vinculadas a la radio: Esther Borja y Cuca Rivero. Junto a ellas integré en varias ocasiones el jurado de música especializada del Festival Nacional de la Radio.

Además de escuchar y analizar programas de música clásica (¿o de concierto?) infantil, latinoamericana y nueva trova, durante las sesiones del jurado se producían pausas para conversar sobre los más diversos temas. Podía ser que Esther hablara de los nietos, de su afición a la Mesa Redonda de la Televisión Cubana o de las glorias y dificultades de Álbum de Cuba, que ella presentó hasta 1986. Tanto se identificó con este programa que, en una ocasión, un auto en el que viajaba se detuvo en el semáforo de 23 y 26, en el Vedado, y desde una guagua próxima una niña le gritó a su madre: -¡Mami, mira quien va ahí: Álbum de Cuba ¡-.

De la parte de Cuca los temas podían abarcar desde las anécdotas de Candelaria, su pueblo natal, y los coros que ella fundó hasta su labor como la Profesora Invisible de las clases de educación musical que se difundieron desde la radio para los niños de todo el país. En otras ocasiones, el interés gravitaba en su hija Silvia y su esposo José María Vitier.

Esther Borja y Cuca Rivero constituían una compañía excepcional en las sesiones del jurado que transcurrían cada año en hoteles de diferentes localidades de la Isla. Ejercían el criterio con un punto de vista próximo a los jóvenes artistas de hoy. Atesoraban un vasto mundo de referencias que estaban siempre dispuestas a compartir con los demás.

Tenían un excelente sentido del humor. Sabían establecer puentes entre las diversas generaciones. Eran figuras con mucho prestigio que escuchaban con interés los criterios que no coincidían con los suyos. Hacían gala de una inteligencia emocional “fuera de serie”.

No obstante sus largas vidas, o “mucha experiencia acumulada,” como gustaba decir Esther, nunca se mostraron cansadas. Y estaban entre las primeras en subir a los ómnibus para asistir a las numerosas actividades organizadas durante los días del Festival y en las que Esther era justamente venerada en su condición de gloria de la música.

Formar parte del jurado del Festival Nacional de la Radio junto a la Damisela Encantadora y la Profesora Invisible fue una experiencia de la que aprendí y disfruté. Frente a mi curiosidad y admiración, Esther y Cuca me entregaron muchos de sus recuerdos y lo hicieron con simpatía. Eso se lo debo a la radio.

miércoles, 2 de abril de 2008

LA RADIO Y SUS SIETE VIDAS ¿CÓMO SERÁ LA PRÓXIMA?

Por Lázaro Sarmiento

Ahora mismo, en las fronteras del Sistema Solar, una nave espacial lleva a bordo un conjunto de grabaciones de nuestro planeta: el canto de las ballenas, una partitura de Mozart, la música de los Beatles, el llanto de un bebé... Si mañana los extraterrestres hicieran contacto con esa embajada tecnológica tendrían en sus manos, antenitas o ventosas, algo muy parecido a un programa de radio.

Entre tanto, cada noche astrónomos en diferentes radiotelescopios de la Tierra tienen la esperanza de escuchar mensajes originados en lejanos puntos de la galaxia. Esperan esas señales con la misma emoción con la que nuestros abuelos aguardaban las voces de novela de María Valero, Carlos Badías y Xiomara Fernández.

La radio tiene siete vidas como los gatos. Lo demostró cuando en la vida cotidiana de la gente aparecieron la televisión, el video casero, los discos compactos, el DVD, las computadoras, Internet y los archivos MP3.La radio ha tenido suficiente astucia para adaptarse al vértigo de montaña rusa de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Encontró una convivencia que le ha garantizado hasta ahora una respetable cuota de poder mediático.

Desde el surgimiento de Internet Talk Radio en 1993, las radios online se multiplican por miles. Avanza la digitalización y algunos países han fijado la fecha para el fin de las transmisiones analógicas. En el baile participan los satélites con sus estaciones a la carta y los podcasting que superan el número de estaciones de radio de todo el planeta.n el baile participan los satélites con sus estaciones a la carta y los podcasting que superan el número de estaciones de radio de todo el planeta. Y, en los últimos tiempos, los iPod pasaron a formar parte del estilo de vida de los jóvenes e influyeron en su relación con la radio.

A la par, una buena parte del mundo permanece al margen, o retrasado, de muchos de los beneficios que reportan estas tecnologías. La humilde pero eficaz radio comunitaria, acosada en ocasiones por grandes cadenas comerciales, aún tiene por delante una tarea valiosa. También la radio tradicional con sus formatos de toda la vida seguirá siendo por largo tiempo un medio buscado por cientos de millones de personas.

EL ABRAZO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

El creciente número de cubanos que maneja una considerable cantidad de información los convierte en oyentes más exigentes. La experiencia con medios digitales influye en la manera en que las jóvenes audiencias se relacionan con la radio. Si hablamos de nuevas formas en la radio cubana, suponemos que éstas tienen que tener en cuenta al destinatario familiarizado con las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones a través de escuelas, universidades, clubes de Computación y centros culturales, científicos y de salud.

Ya hay canciones que se hacen populares sin llegar a los programas de radio. La gente dice “este tema musical está sonando por ahí”, y este modesto adverbio de lugar abarca toda una gama de canales: desde la bocina del vecino, los amplificadores de la discoteca, las reproductoras de los vehículos y los minúsculos auriculares de los iPod.

El acceso a equipos de audio y video y formatos multimedia permite una independencia de la radio y la televisión imposible de imaginar hace diez, quince o veinte años. Estas ventajas para un significativo número de personas representan un desafío para creadores y ejecutivos de la radio y establecen las reglas para una competencia que puede traer beneficios para los oyentes.

Los especialistas son claros: “Las innovaciones han dado paso a nuevos formatos mediáticos con nuevos modelos de difusión, consumo y uso de información. Las demarcaciones tradicionales entre público e instituciones mediáticas se entrecruzan”.


LO APARENTEMENTE SENCILLO

Para mantener el ritmo de la vida en las estaciones de radio cubanas hay que continuar rediseñando esquemas de programación, dinamitar conceptos dinosauricos y profundizar en la diferenciación de de perfiles.

Poner el acento cuando sea necesario en la especialización temática.

Analizar cómo la experiencia compartida por medios digitales influye en lo que sabemos y en la manera de cómo lo sabemos.

Convertir los destinatarios pasivos en oyentes activos. Aumentar los espacios de participación con multiplicidad de criterios.

Mejorar la calidad y recepción de la información.

Utilizar el espíritu competitivo para estimular la creación.

Dejar de sobrevalorar el dato referido al número de temas transmitidos y campañas desarrolladas, y valorar el grado de recepción de los mensajes para no correr el riesgo de hacer una radio al gusto de realizadores y programadores.

Olvidarse de ciertas camisas de fuerza y permitir que los géneros se mezclen. Diseñar formatos más dinámicos y entretenidos.

Elaborar una estrategia musical coherente y eficaz, respetuosa con el gusto paro audaz en la intencionalidad.

Y, sobre todo, conquistar una mayor cantidad de jóvenes a través de formatos y contenidos que los representen en su diversidad y expectativas.

CUMBRES BORRASCOSAS

La radio cubana tiene otro desafío que engloba a los ya citados: que el ritmo de la vida no se quede en la frase retórica. Hacen falta más programas de música especializada y variada, de ciencia, tecnología y medioambiente, y que abordan nuestros deberes como ciudadanos de una pequeña comunidad, un país y un planeta.

En la radio cubana no existen dramas radiofónicos con jovencitas pobres soñando con el Príncipe azul de melena rubia que las suban a un Ferrari. Tampoco encontramos la fórmula extendida en las estaciones de más de medio mundo de “música-noticias-tandas comerciales”. No abundan las tertulias basadas en los latidos más frívolos del corazón y las noticias ligth.

Y no caigamos en la trampa de la nostalgia. Difícilmente vuelvan a producirse las audiencias de Cumbres Borrascosas, El Derecho de nacer o Nocturno. Los códigos son otros. Ahora los jóvenes oyen las radionovelas con un mundo de referencias diferentes. Los niños de hoy ya no escuchan los cuentos de “Había una vez” como se contaban hace tres décadas. Su percepción cambió.

EL FUTURO

Mientras en otras esquinas del planeta se piensa en públicos robotizados, en Cuba se busca audiencias a las que la radio proporcione herramientas para disfrutar mejor una obra de teatro, una película o comprender el origen de las especies. Pudiera ser que este empeño genere un perfil de oyente cada día con menos tiempo para escuchar la radio. Si es así, habrá valido la pena. Y si en otros lugares del Universo seres extraterrestres monitorean las transmisiones de la Tierra, sería deseable que no fuera el comercial de una MacDonald ‘s el sonido que captaran sus radiotelescopios. Hay que apostar por el mensaje inteligente.

(Versión de la ponencia La radio y sus 7 vidas presentada en el 30 Festival Nacional de la Radio Cubana. Santiago de Cuba.28.03.08) Foto de arriba: Alfredo Zamora (director de programas) y Leonel Bacallao (realizador de sonido). Radio Enciclopedia, La Habana.

lunes, 17 de marzo de 2008

OTROS ROSTROS EN EL ESTUDIO 2 DE RADIOCENTRO.



El libro otros Rostros que se escuchan, de Josefa Bracero (Editorial Letras Cubanas, 2007) fue presentado en el mítico estudio 2 del edificio Radiocentro en La Habana. El acontecimiento convocó junto a la autora de la obra a un número impresionante de estrellas de la radio y la televisión cubanas.

En esta ocasión se reunieron en el Estudio 2 las primeras actrices: Verónica Lynn (la “mala” más buena de las novelas cubanas) , Fela Jar (afirma que un actor es útil hasta la muerte), Alicia Fernan (“la radio y la recitación son mis grandes amores”) y Aurora Pita( ya a los cinco años de edad se ganó un premio imitando un comercial de la radio) .

Y Obelia Blanco (la Yara de El Corsario negro , uno de los personajes que más agradece) , Ofelita Núñez (entre los momentos importantes de su vida artística El Diario de Ana Frank, y El Dulce pájaro de la juventud) y Marta Velazco (desde el 1ro de noviembre de 1942 no ha dejado de trabajar un solo día en la radio) .

Estaban los actores Rogelio Blaín ( teniente Alejandro de Móvil 8 y Lucio Contreras de Tierra brava, popular siempre), Enrique Molina ( excelente en los más disímiles papeles ), Mario Limonta ( con el serial Los Mambises puso a los niños a repetir por las calles ¡Viva Cuba libre¡), y José Antonio Rodríguez (“es un privilegio ser artista en este país”).

La presentación de otros rostros convocó también a las versátiles Asenneh Rodríguez y Aurora Basnuevo; las escritoras y directoras Mirta Muñiz, Isabel Aida Rodríguez, Caridad Martínez y Xiomara Blanco; la cantante Lourdes Torres, el autor humorista Alberto Luberta y los locutores Fernando Alcorta y Laureano Céspedes. También acudieron familiares de cinco artistas de la radio y la televisión en la Isla fallecidos en los últimos años. Ellos son: Raquel Revuelta (1925-2004) Xiomara Fernández (1917-2004); Ángel Toraño (1925-2004) Carlos Paulín, (1922-2005); y Enrique Almirante (1930-2007).

Todas estas figuras aparecen reflejadas en las páginas de otros Rostros que se escuchan, título que da continuidad a un primer volumen dado a conocer por la Bracero en el año 2002. Ahora, el Estudio 2 de Radiocentro constituyó un escenario magnífico y evocador para la presentación de estas nuevas crónica-entrevistas. Las paredes de este local con lunetario y puertas a la calle 23 de La Rampa guardan todavía las voces de muchos nombres luminosos de la radio cubana, incluidos los que aparecen en los dos libros citados.

Periodista, locutora, directora y durante veinte años vicepresidenta del ICRT, Instituto Cubano de Radiodifusión, Josefa Bracero ha realizado una paciente y valiosa labor de memorista. Detrás de las 453 páginas de otros Rostros que se escuchan hay numerosas horas de entrevistas y muchísimas más de investigación, interpretación y jerarquización de sucesos, fechas y otros datos. La escritora manejó esas herramientas con pericia.

Y lo hizo con emoción y fina nostalgia.

martes, 26 de febrero de 2008


RADIO CUBANA 1967: RITA PAVONE REINA DE NOCTURNO
Por: Lázaro Sarmiento
Lo que sigue es el Hit Parede del musical Nocturno de Radio Progreso del mes de septiembre de 1967. Cuatro títulos en la voz de la italiana Rita Pavone clasificaban en esa fecha en “Selección de Selecciones” del programa más escuchado entonces en Cuba. Uno podía caminar de un barrio a otro, incluso entre ciudades, y seguir sus canciones como rutas sonoras por calles y carreteras. Además, Nocturno tenía privilegios que no tenían otros espacios radiales.

1.- El martillo……………….Rita Pavone.
2.- Un clavo saca a otro
clavo…………………….Rita Pavone
3.- La razón de sufrir……….Los Memes.
4.- Me falta valor………… Maggie Carlés.
5.- Monday , Monday……... The Mamas and
The Papas.
6.- Cuanto más lejos estoy....Los Brincos.
7.- Tú me dijiste adiós……...Los Brincos.
8.- A mi edad……………….Rita Pavone.
9.- Negro es negro………….Los Bravos.
10.-Mi gran error……………Los Bucaneros.
11.-Te veo marchar………… Rita Pavone.
12.-Píntalo de negro…………Rolling Stones.
13.-California Dream………..The Mamas and
the Papas.
14.-Buen aniversario...............Charles Aznavour.

“Recuerdo el peso que tuvieron algunos programas de radio en la difusión de la música de los Beatles y de alguna otra música extranjera interesante. Personalmente tengo una visión muy dura acerca de aquella música en español, aquellos grupitos que florecieron en el franquismo, como los Mustang, que hacían incluso versiones en español de canciones de los Beatles. Ese tipo de música que inundó este país, cuando mucha gente de mi generación la recuerda con nostalgia, yo la recuerdo con un cierto resentimiento. Sentía que me estaban dando la parte más blanda, más edulcorada, más mediocre, menos experimental y menos buscadora de un género como el rock. Era como una versión falsificada.” (Abel Prieto, entrevista) Castellanos, Ernesto Juan. John Lennon en La Habana. La Habana, Ediciones Unión, 2005.

Mientras en la radio sonaban Los Bravos, Los Brincos y Rita Pavone, algo diferente se cocinaba en otros sitios de La Habana. El 13 de junio de 1967 un joven cantautor se hacia visible en uno de los espacios estelares de la Televisión Cubana (Música y Estrellas) y tres meses después tendría su propio programa. Su nombre: Silvio Rodríguez.

viernes, 22 de febrero de 2008


ROSTROS DE LA RADIO CUBANA.
Feria Internacional del Libro Cuba 2008

Por: Lázaro Sarmiento

Era tan niño que tenía que subirse en un banquito para decir sus bocadillos frente a los micrófonos en Aventuras de Tarzán (Bernardo Menéndez). Su debut en el cine fue en el documental de Agnés Varda: ¡Saludos amigos¡ (Asenneh Rodríguez). Apareció por última vez en televisión en Los hermanos Karamazov (Eduardo Egea). Fue la primera productora radial de mesa del Socialismo (Isabel Aida Rodríguez). Raquel Revuelta fue su paradigma de siempre (Verónica Lynn). Su historia artística es veloz, pero su nombre queda como una leyenda (María Valero).

Con otros Rostros que se escuchan (Letras Cubanas, 2007) Josefa Bracero vuelve a entregarnos un libro memorioso, útil, que se lee con placer y por cuyas páginas desfilan los rostros misteriosos y los labios invisibles que atraparon a varias generaciones de radioescuchas en Cuba. Luego, muchos de esos rostros se hacían públicos en las páginas de las revistas y periódicos y en los sets de televisión. Pero en la radio siempre fueron como los oyentes imaginaban eran Madame Bovary, Leonardo Moncada, María Isabel o Tía Tata.

En este volumen, continuación del primer Rostros que se escuchan, publicado en 2002, hay una parte inicial dedicada a figuras de la radio y la televisión que ya no vivían cuando la autora comienza a darle forma definitiva a su obra. Enrique Santiesteban, Edwin Fernández (Trompoloco), Manolo Ortega, Pedro Álvarez, Alejandro Lugo, Sol Pinelli y Cepero Brito son algunas de las personalidades evocadas en las primeras páginas de otros Rostros

En lo personal, la lectura de este libro sacó a flote mi nostalgia del día en que entré por primera vez a un estudio de Radio Liberación (antes CMQ) donde se grababa en ese momento La novela de las 11, dirigida por Julito Lot. Protagonistas: Odalys Fuentes y Carlos Gilí. Eran como dioses griegos en una ciudad del Caribe. Hermosos y aún jóvenes, transmitían esa alegría de vivir de la gente que se siente feliz, realizada, en el esplendor de sus carreras. Casi perfectos .

Diez años antes Odalys Fuentes era uno de los rostros de la publicidad en Cuba: en vallas comerciales en las carreteras de toda la Isla y en anuncios de televisión, su rostro cubanísimo glorificaba la espuma de una popular cerveza. Ahora la tenía delante de mí, recostada a la consola de audio, mostrando sus lindas piernas, mientras repasaba el libreto que se grabaría dentro de algunos minutos y, en las breves pausas del ensayo, conversaba con el galán del reparto. De su sensual piel guajira irradiaba un perfume marino que llenaba aquel estudio donde habían quedado registradas las voces que convirtieron a La Habana en el Olimpo de las radionovelas en América Latina.

Mucho tiempo después: estoy sentado en un ómnibus rumbo a Holguín como miembro del jurado del Festival de la radio cubana. De pronto siento el mismo perfume marino de aquel mediodía en una cabina de Radiocentro. En el asiento de atrás viaja Odalys Fuentes con Raquel González como compañera. Por unos instantes me convierto en el antiguo jovencito tímido y azorado ante la belleza de la actriz. Le cuento la emoción que ella despertó en mi primer día de radio. Entonces comienza a recordar sucesos, fechas, personajes, a retazos, como quien no quiere darle importancia a su biografía. La misma cualidad que la lleva a parecer huidiza a las entrevistas y que tal vez sea la razón por la que no está entre otros Rostros que se escuchan. Odalys en la madurez conserva el encanto y la elegancia que hacen imposible que pase inadvertida a la mirada pública.

Josefa Bracero (Camagüey, 1942) ha recogido ya en dos libros la trayectoria de numerosos artistas cuyas vidas brillaron frente a los micrófonos. El primero de los volúmenes y otros Rostros que se escuchan conforman una magnífica base de datos con informaciones, anécdotas, opiniones, que ella ha salvado para la historia cultural de este país. A la Bracero hay que agradecerle esa mediación entre el recuerdo y el testimonio. En sus crónica-entrevistas descubrimos además una buena parte del historial como oyentes de millones de rostros invisibles. Fue el poder de esa audiencia el que, finalmente, definió los rasgos de estos Rostros de la radio.

domingo, 3 de febrero de 2008

ROSITA FORNES: UN TRABAJO A TIEMPO COMPLETO, CASI DE OBRERA.


Por: Lázaro Sarmiento


El sonidista había puesto en marcha el equipo de grabación sin que Rosita lo advirtiera. Transcurridos unos minutos, descubrió que aquella conversación desordenada estaba siendo registrada por la máquina. Entonces hizo una transición y con horror de baja intensidad, como en un radioteatro, preguntó: ¡¿Tu estas grabando esto?¡ Le dijimos que solo estábamos haciendo unas pruebas de audio. Gesto de contrariedad. Pestañas agitadas. Pero su enojo duró pocos segundos. Se aclaró la voz y con la impostación que estimó adecuada , empezó a contar la historia de su vida que se iniciaba en 1938 en la Corte Suprema del Arte, o un poco antes, a bordo de un trasatlántico español que la traía de regreso a la Isla, o mucho antes: niña disfrazada de odalisca frente a un gramófono.

Yo quería su visión sobre los hombres que se transformaban en rositas fornés en fiestas clandestinas. De las mujeres capaces de propinar golpes de boxeo con el fin de obtener butacas en las primeras filas de sus recitales. Del público que la esperaba a la salida de los Estudios del Focsa con flores, latas de conserva, cigarros, la estampita de la virgen, cualquier cosa, con tal de mimar a su estrella favorita. De la pirotecnia que le permitió conservar intacto su glamour cuando la vida se endureció y la palabra vedette perdió categoría. Me interesaba su actitud frente a los detractores que le reprochaban su imagen más cercana a Hollywood que al modelo de artista enarbolado por los nuevos tiempos de la Revolución. No hubo oportunidad de introducir estos temas. Los mitos tienen una poderosa intuición para administrar su biografía y terminan por imponer su propio guión.

Después de una hora de grabación, la cinta de audio había inventariado las escaleras por las que la Fornés descendió en escenarios de La Habana, México, Caracas y Barcelona; las operetas en las que brilló; su fotografía en la portada de la revista URSS; las cortinas de las que se aferró mientras interpretaba “Es mi hombre”; los policías que la escoltaron al salir del platillo volador posado en la Ciudad Deportiva; las plumas de pavo real que adornaron su cabeza en la pista de Tropicana; los bailarines que elevaron sus piernas hacia cielos de hojalata; los amantes que la cortejaron en melodramas ficticios y reales y Armando, al que amó de verdad; Rosita-Cleopatra en una carroza egipcia en los carnavales del Prado, y los elogios que recibió de músicos, escritores, periodistas y colegas durante los cincuenta años de artista recién celebrados. Al final, había hipnotizado a todos en el estudio con esa superabundancia de anécdotas, gestos y emociones. Incluso convenció a quienes la observaban con distancia en aquella pecera de radio.

Junto a Albis Torres y Sigfredo Ariel, que habían presenciado la entrevista, la acompañé hasta los bajos de la emisora donde estaba parqueado su Lada. Como si dispusiera de todo el tiempo del universo, saludó con oficio de diva a las numerosas personas que se le acercaron en la acera, queriéndola tocar, besar, ver, respirar su perfume. Se sentó frente al timón, puso en marcha el motor y se fue envuelta en los cristales oscuros de su auto.

En figuras como Rosita Fornés el oficio de estrella es un trabajo a tiempo completo, casi de obrera.

Continuará.
ENLACES RELACIONADOS:
ROSITA FORNES EN UNA PECERA (I)

jueves, 17 de enero de 2008


Radio Futuro llamando a los extraterrestres.
Por: Lázaro Sarmiento

Llamando a todas las estrellas.
Llamando a todas las estrellas. Si en el Universo hay seres capaces de captar este mensaje que respondan!

Este mensaje se transmitía a finales de la década de 1980 desde Radio Ciudad de La Habana, de lunes a viernes, entre las 10 y las 11 de la noche. En ese horario, el programa Radio Futuro, realizado por el autor de este blog, y conducido por los locutores Gladys Roque y Danilo José, pretendía establecer contacto con seres de otros sitios de la galaxia a través de la modesta antena de la emisora, ubicada en la azotea del Edificio ENE, en La Rampa, la zona de la capital cubana más frecuentada por los jóvenes .En la estación, teníamos la esperanza de que en cualquier momento, al abrirse la puerta del elevador , recibiríamos el saludo de alguna extraña criatura venida de un planeta lejano.

Casi veinte años después, 320 mil ordenadores alrededor del planeta, el complejo de antenas de Arecibo, en Puerto Rico, y el Observatorio Hat Creek, de San Francisco , buscan señales extraterrestres de una forma muy diferente a la de aquella aventura radiofónica en La Habana . Desde hace ocho años se desarrolla el proyecto SETI@Home, diseñado por la Universidad de Berkeley. En este empeño ya han colaborado cinco millones de personas mediante sus ordenadores personales en distintas partes del mundo.

Los pasos para tomar parte en esta cruzada son sencillos. Únicamente tienes que abrir la página del proyecto SETI@Home, inscribirte en el programa y bajar un software que se instalará en tu ordenador y recibirá datos para analizar Este software no interfiere en tus labores cotidianas pues solamente funciona como un salvapantallas, es decir, en los momentos en que tu ordenador queda sin uso, aprovechando así los tiempos muertos de la máquina.

La radio en los mapas del cielo.

Muchos años después de los “divertimentos galácticos” de Radio Ciudad , el poeta Sigfredo Ariel, en esa época uno de los pilares de la emisora, publicó en su libro “Born in Santa Clara” (Ediciones Unión, 2006), un poema que evoca aquellos días de radio de tanteos, alegrías y hallazgos.

El Mensajero

En programas de radio dedicados al triunfal
avance de la tecnología y la zafra del café
Lázaro Sarmiento transmitía mensajes
dirigidos a remotas galaxias: palabras a los seres
que deben dormitar en planetas si acaso
registrados con números y letras
en los mapas del cielo.

En el interior de ciertos carros que llevan
a los habaneros a las playas del oeste
Lázaro Sarmiento me contó sus dos o tres
encuentros con personas sospechosas
de haber arribado de otros mundos:
Junto al gran arrecife de la calle 70
donde ahora hay hoteles de nombres mitológicos
descubrió poblaciones de extraña procedencia
Si bien examinó sus ojos y sus cuerpos
no sacó nada en claro, me parece.

Pero en un rincón del cosmos
han de estar amontonados cientos y cientos
de mensajes que Lázaro Sarmiento
ha lanzado al Enigma con toda impunidad
empleando pequeños transmisores
propiedad del gobierno.

GMT-08:00 Hora del Pacifico. Justo cuando termino de teclear el poema de Sigfredo,recibo la llamada de un amigo de San Francisco, California. Desde hace unos meses, su ordenador está al servicio del http://setiathome.berkeley.edu/index.php. Siento placer en imaginar que alguno de aquellos mensajes enviados desde una radio perdida entre las estrellas haya rebotado en el disco duro de su máquina.
ecoestadistica.com