miércoles, 27 de febrero de 2008


LOS HOMBRES NO SE DABAN CUENTA.
Por: Lázaro Sarmiento

Margaret Mitchell al principio de Lo que el viento se llevó escribió: “Escarlata O Hara no era bella, en realidad, pero los hombres no solían darse cuenta…”

Algo parecido sucedía hace cerca de 2.080 años con Cleopatra, la inteligente y poderosa reina de Egipto. Ha pasado a la historia como un mito de belleza y seducción. Pero, en realidad, era bajita, gorda y fea.

En su novela Los idus de marzo (1948), Thornton Wilder pone en boca de Cicerón el siguiente juicio sobre Cleopatra:

“La fascinación que esta Reina ejerce disminuye mucho viéndola de cerca. Yo sostengo que cada persona tiene una edad hacia la cual apunta toda la vida, como la aguja imantada al Norte….Según esta ley, Cleopatra, a pesar de su juventud, tendría cuarenta y cinco, lo que hace aparecer desconcertantes sus gracias juveniles. Su redondez es la de una mujer que ha tenido ocho hijos. Su andar y su porte son muy admirados, pero no por mí. Tiene veinticuatro años y camina como si tratara de representar veinticuatro años.

“Sin embargo, hay que estar muy alerta para advertir tales cosas. El prestigio de su título, la magnificencia de su atavío, el efecto que producen sus dos atractivos más notables: la belleza de sus ojos y la dulzura de su voz cuando habla, subyugan al incauto”.

Muchas actrices de Hollywood contribuyeron a cimentar el mito de la belleza de Cleopatra: Rhonda Fleming, Claudette Colbert, Vivian Leight y Elizabeth Taylor. Más de 40 películas y en casi todas, por no decir todas, Cleopatra aparece como” una vampiresa maquillada por Max Factor”, según Terenci Moix.

Y ya que he mencionado el nombre de actrices que fueron en realidad mujeres bellas, quiero citar a la científica Nancy Etcoff quien en su libro La supervivencia de los más guapos (Madrid, 2000) dice al comentar los estudios sobre el tema:” En realidad se demuestra que el castigo por la fealdad puede ser incluso mayor que el premio por la belleza”.

martes, 26 de febrero de 2008


RADIO CUBANA 1967: RITA PAVONE REINA DE NOCTURNO
Por: Lázaro Sarmiento
Lo que sigue es el Hit Parede del musical Nocturno de Radio Progreso del mes de septiembre de 1967. Cuatro títulos en la voz de la italiana Rita Pavone clasificaban en esa fecha en “Selección de Selecciones” del programa más escuchado entonces en Cuba. Uno podía caminar de un barrio a otro, incluso entre ciudades, y seguir sus canciones como rutas sonoras por calles y carreteras. Además, Nocturno tenía privilegios que no tenían otros espacios radiales.

1.- El martillo……………….Rita Pavone.
2.- Un clavo saca a otro
clavo…………………….Rita Pavone
3.- La razón de sufrir……….Los Memes.
4.- Me falta valor………… Maggie Carlés.
5.- Monday , Monday……... The Mamas and
The Papas.
6.- Cuanto más lejos estoy....Los Brincos.
7.- Tú me dijiste adiós……...Los Brincos.
8.- A mi edad……………….Rita Pavone.
9.- Negro es negro………….Los Bravos.
10.-Mi gran error……………Los Bucaneros.
11.-Te veo marchar………… Rita Pavone.
12.-Píntalo de negro…………Rolling Stones.
13.-California Dream………..The Mamas and
the Papas.
14.-Buen aniversario...............Charles Aznavour.

“Recuerdo el peso que tuvieron algunos programas de radio en la difusión de la música de los Beatles y de alguna otra música extranjera interesante. Personalmente tengo una visión muy dura acerca de aquella música en español, aquellos grupitos que florecieron en el franquismo, como los Mustang, que hacían incluso versiones en español de canciones de los Beatles. Ese tipo de música que inundó este país, cuando mucha gente de mi generación la recuerda con nostalgia, yo la recuerdo con un cierto resentimiento. Sentía que me estaban dando la parte más blanda, más edulcorada, más mediocre, menos experimental y menos buscadora de un género como el rock. Era como una versión falsificada.” (Abel Prieto, entrevista) Castellanos, Ernesto Juan. John Lennon en La Habana. La Habana, Ediciones Unión, 2005.

Mientras en la radio sonaban Los Bravos, Los Brincos y Rita Pavone, algo diferente se cocinaba en otros sitios de La Habana. El 13 de junio de 1967 un joven cantautor se hacia visible en uno de los espacios estelares de la Televisión Cubana (Música y Estrellas) y tres meses después tendría su propio programa. Su nombre: Silvio Rodríguez.

domingo, 24 de febrero de 2008

ÚLTIMOS DÍAS EN LA HABANA.
Por: Lázaro Sarmiento
A unos cien metros de mi apartamento hay una pequeña librería. Está en la calle 25 entre Infanta y O, El Vedado, en los bajos del edificio donde conspiró contra Batista el joven Abel Santamaría. La librería se nombra Centenario del Apóstol en homenaje a la generación del héroe asesinado. Es un local pequeño atestado de libros, con muy poco espacio para circular. Pero tiene calor humano y se integra muy bien al paisaje del barrio: frente a un parquecito y entre un puesto de viandas y una cafetería Pain de París. Aquí compré varios títulos durante la última jornada en La Habana de la Feria del Libro que ahora viaja a otras ciudades de la Isla.

Ese diamantino corazón de la verdad. Alfredo Guevara-Cesare Zavattini
La isla elegida. Los judíos en Cuba. Maritza Corrales Capestany.
Catch and Release. Reina María Rodríguez
Documentos de la Revolución Cubana 1960. José Bell, Delia Luisa López y Tania Caram.
Otros Rostros que se escuchan. Josefa Bracero.
Poesía. Raúl Hernández Novás.
Extramuros del tiempo. Cosmovisión poética de Raúl Hernández Novás. David Canela Piña.
Imperio e imperialismo. Atilio Boron
Severo Sarduy en Cuba 1953-1961
Los milagros de Cuba
. Ramón Chao
Pensar a contracorriente. Concurso Internacional de Ensayo.
El pueblo cubano. Antonio Núñez Jiménez.
África codiciada. El desafío pendiente. Carlos Tablada, Roberto Smith y Francois Houtart

Los siguientes mini textos pertenecen al libro de Severo Sarduy:

“Esta descentralización de la cultura, esta repartición del latifundio intelectual que el Festival del Libro, en buena medida, ha comenzado, se hace más urgente cuando recordamos que el caso de Carpentier no es el único.”

“Las ciudades del interior, en muchas de las cuales hay verdadera inquietud, recibirán con júbilo el Festival. ¿No sería interesante ver repetir en Camaguey, digamos, la escena de la calle Galiano, cuando los escritores tuvimos que ceder el paso a la avalancha del público?”(Abajo el latifundio de la cultura. Revolución. 2(246) sep. 22, 1959.

sábado, 23 de febrero de 2008


LOS JUDÍOS DE CUBA EN LA FERIA DEL LIBRO.
Por: Lázaro Sarmiento

“Vinimos en un barco de refugiados, en el que la mayoría eran judíos. Fuimos a vivir al Hotel Luz, donde se alojaban los judíos que entraban al país, sobre todo los sefarditas. Llegamos “con una mano adelante y otra atrás”, como se dice. Yo recuerdo que mamá tenía una bolsita de seda rosada en el cuello, con unos cordoncitos dorados, donde guardaba sus prendas. Como buena judía, siempre se preocupaba de cargar con sus prendas y cada vez que pasábamos por una mala situación económica, mamá sacaba su bolsita, las empeñábamos y echábamos para adelante. El Hotel Luz era un sitio curioso. Los últimos que llegaban, que eran los que tenían menos dinero, vivíamos en la azotea. A medida que mejorábamos económicamente, íbamos bajando de piso.”(ROSA BEHAR HAZDAY)

La isla elegida. Los judíos en Cuba (Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 2007), de Maritza Corrales Capestany, me resulta en lo personal uno de los títulos mas interesantes de la presente Feria Internacional del Libro de La Habana. . “A través de entrevistas y búsquedas en materiales de archivo, se cuenta la vida de 36 judíos que inmigraron o nacieron en Cuba en el siglo pasado convirtiéndose en parte del tejido social cubano”. Comparto con ustedes mi entusiasmo por La isla elegida. Los judíos en Cuba citando unos breves fragmentos de sus 306 páginas.

Con nuestro sacrificio estamos contribuyendo al futuro
En 1961 nos hicimos milicianos todos los hebreos de la vieja guardia. Los activistas éramos veinte o veinticinco. Caminamos los sesenta y dos kilómetros (“Sesenta y dos kilómetros”: Ejercicio de graduación de las Milicias Nacionales Revolucionarias) Usted dirá por qué yo me sacrifiqué y los otros echaron un pie. Porque hay muy pocos idealistas en el mundo. Porque había que ser idealista, como son idealistas los hebreos de Israel, que se sacrifican.
(ARÓN RADLOW GIVNER)

De judío del Big Five a empresario socialista
En Cuba, nadie nunca me llamó judío o me dijo algo que pudiera menospreciarme. A los cubanos no les importa mucho eso de qué religión profesas o a qué grupo étnico perteneces. En treinta y cinco años viviendo en el país a nadie le interesó saber si yo era judío, hasta un día de 1973 en que Maritza, una muchacha historiadora, me miró a los ojos y sin vacilar disparó la pregunta: “¿Usted es judío? Me quedé estupefacto. Tres meses después nos casamos y todos estos años ella, con esa persistencia tan suya, ha seguido indagando y escribiendo libros sobre los judíos.
(RAFAEL HERNANDEZ ROUSSEAU)

Lo más difícil fue la decisión de irse
Pienso que el momento más difícil de los judíos en Cuba fue cuando decidieron irse. Casi todos eran comerciantes, pequeños, medios, ricos. Mi hermana era abogada, todos sus clientes se habían ido. Yo no tenía por que irme. Papá no quería emigrar, no lo habían intervenido y estaba haciendo buen dinero. Cuando a él le intervinieron el negocio, en 1968, es que determina irse, pero en ese momento mi hijo estaba en edad del servicio militar, yo estaba casado con Dalia y había nacido nuestro hijo más chiquito

Extrañábamos nuestro hogar judío
El diez por ciento de la población cubana, un millón de personas, emigró. Entre ese millón y algo se fueron trece mil judíos, pero estos trece mil judíos representaban no el diez por ciento, sino el noventa por ciento de la comunidad.
JOSE MILLER FREDMAN (1925-2006)

El judío más integrado de Cuba
A Matterin (Abraham Marcus Materrin.1916-1983) Cuba le penetró el alma. Primero, a través de José Martí. Marcus se sentía orgulloso de ser judío y orgulloso de ser cubano. Alternaba su trabajo cotidiano con aquello que más placer le daba, hablar en público, relacionarse con los seres humanos, divulgar la cultura judía, acercarla a los gentiles, ser el puente entre esta minoría de inmigrantes y la sociedad que tan generosamente les acogió. En una de esas conferencias, don Fernando Ortiz lo presentó calificándolo como “el judío más integrado de Cuba”.

Maritza Corrales Capestany nació en La Habana en 1948. Historiadora dedicada a la investigación de los judíos en Cuba. Colabora con diversos centros de investigación e instituciones académicas. Ha dictado conferencias en universidades extranjeras y participado en eventos en Cuba, Estados Unidos, España, Israel y México.Es autora de varios libros.

Cautivante la lectura del itinerario de estos 36 judíos cuyas vidas están bien contadas en La isla elegida. Los judíos en Cuba.

viernes, 22 de febrero de 2008


ROSTROS DE LA RADIO CUBANA.
Feria Internacional del Libro Cuba 2008

Por: Lázaro Sarmiento

Era tan niño que tenía que subirse en un banquito para decir sus bocadillos frente a los micrófonos en Aventuras de Tarzán (Bernardo Menéndez). Su debut en el cine fue en el documental de Agnés Varda: ¡Saludos amigos¡ (Asenneh Rodríguez). Apareció por última vez en televisión en Los hermanos Karamazov (Eduardo Egea). Fue la primera productora radial de mesa del Socialismo (Isabel Aida Rodríguez). Raquel Revuelta fue su paradigma de siempre (Verónica Lynn). Su historia artística es veloz, pero su nombre queda como una leyenda (María Valero).

Con otros Rostros que se escuchan (Letras Cubanas, 2007) Josefa Bracero vuelve a entregarnos un libro memorioso, útil, que se lee con placer y por cuyas páginas desfilan los rostros misteriosos y los labios invisibles que atraparon a varias generaciones de radioescuchas en Cuba. Luego, muchos de esos rostros se hacían públicos en las páginas de las revistas y periódicos y en los sets de televisión. Pero en la radio siempre fueron como los oyentes imaginaban eran Madame Bovary, Leonardo Moncada, María Isabel o Tía Tata.

En este volumen, continuación del primer Rostros que se escuchan, publicado en 2002, hay una parte inicial dedicada a figuras de la radio y la televisión que ya no vivían cuando la autora comienza a darle forma definitiva a su obra. Enrique Santiesteban, Edwin Fernández (Trompoloco), Manolo Ortega, Pedro Álvarez, Alejandro Lugo, Sol Pinelli y Cepero Brito son algunas de las personalidades evocadas en las primeras páginas de otros Rostros

En lo personal, la lectura de este libro sacó a flote mi nostalgia del día en que entré por primera vez a un estudio de Radio Liberación (antes CMQ) donde se grababa en ese momento La novela de las 11, dirigida por Julito Lot. Protagonistas: Odalys Fuentes y Carlos Gilí. Eran como dioses griegos en una ciudad del Caribe. Hermosos y aún jóvenes, transmitían esa alegría de vivir de la gente que se siente feliz, realizada, en el esplendor de sus carreras. Casi perfectos .

Diez años antes Odalys Fuentes era uno de los rostros de la publicidad en Cuba: en vallas comerciales en las carreteras de toda la Isla y en anuncios de televisión, su rostro cubanísimo glorificaba la espuma de una popular cerveza. Ahora la tenía delante de mí, recostada a la consola de audio, mostrando sus lindas piernas, mientras repasaba el libreto que se grabaría dentro de algunos minutos y, en las breves pausas del ensayo, conversaba con el galán del reparto. De su sensual piel guajira irradiaba un perfume marino que llenaba aquel estudio donde habían quedado registradas las voces que convirtieron a La Habana en el Olimpo de las radionovelas en América Latina.

Mucho tiempo después: estoy sentado en un ómnibus rumbo a Holguín como miembro del jurado del Festival de la radio cubana. De pronto siento el mismo perfume marino de aquel mediodía en una cabina de Radiocentro. En el asiento de atrás viaja Odalys Fuentes con Raquel González como compañera. Por unos instantes me convierto en el antiguo jovencito tímido y azorado ante la belleza de la actriz. Le cuento la emoción que ella despertó en mi primer día de radio. Entonces comienza a recordar sucesos, fechas, personajes, a retazos, como quien no quiere darle importancia a su biografía. La misma cualidad que la lleva a parecer huidiza a las entrevistas y que tal vez sea la razón por la que no está entre otros Rostros que se escuchan. Odalys en la madurez conserva el encanto y la elegancia que hacen imposible que pase inadvertida a la mirada pública.

Josefa Bracero (Camagüey, 1942) ha recogido ya en dos libros la trayectoria de numerosos artistas cuyas vidas brillaron frente a los micrófonos. El primero de los volúmenes y otros Rostros que se escuchan conforman una magnífica base de datos con informaciones, anécdotas, opiniones, que ella ha salvado para la historia cultural de este país. A la Bracero hay que agradecerle esa mediación entre el recuerdo y el testimonio. En sus crónica-entrevistas descubrimos además una buena parte del historial como oyentes de millones de rostros invisibles. Fue el poder de esa audiencia el que, finalmente, definió los rasgos de estos Rostros de la radio.
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