viernes, 4 de diciembre de 2009

BARBARITO DIEZ, COMO UNA PALMA REAL


Por: Lázaro Sarmiento

En las emisoras de radio, las grabaciones de Barbarito Diez han gozado siempre de prestigio y admiración. Recuerdo la amplia difusión que en Radio Ciudad de La Habana recibió el disco que el legendario cantante de danzones hizo en 1985 con La Rondalla Venezolana y que lo presentaba como bolerista y serenatero. La voz de Barbarito refulgía poderosa y cristalina entre los acordes y las estridencias de moda. Por esa misma época le escuché decir a Miguel Barnet que él cambiaría toda su obra literaria por ser el autor de Una rosa de Francia. Y esta criolla-bolero del compositor Rodrigo Prats debe su popularidad a la interpretación de Barbarito Diez. (1909-1995)

Y ya que mencioné a Barnet, voy a transcribir un fragmento del texto de este escritor titulado Barbarito, incluido en su libro Autógrafos cubanos.

“En la audición radial diaria para las amas de casa, los peloteros y las muchachas ruborizadas por el primer beso. Cuando no existía la televisión era solo su voz lozana. Luego su porte erguido y severo, como de pastor evangélico.

-Ese hombre es una palma real y no baila.

Pero no hay un cubano que no haya bailado con sus danzones. No hay un cubano que no haya cantado –en hondo coloquio- con él, a dos voces.

Baile de verbena, retreta municipal, Aires Libres del Prado, domingo de guayabera de hilo y sombrero de pajilla. Si alguien ha impuesto la brújula de su voz a los cuatro vientos es él.

Si alguien ha llegado a la puerta de los enamorados con una concha nacarada y una guinda es él.

Si alguien ha cantado para todas las generaciones es él.

Sea su voz, de palo de monte, como una raíz de cuya savia se nutran los aires de la Patria”.


Esquina de las calles Monte y Prado, La Habana. Foto: Lázaro Sarmiento.

jueves, 3 de diciembre de 2009

LA LARGA Y BREVE VIDA DE SINDO GARAY

Por: Lázaro Sarmiento

Sindo Garay. Memorias de un trovador (Editorial Oriente) es un libro imprescindible para conocer la vida de uno de los grandes músicos de Cuba. La autora es la soprano Carmela de León Román, nacida en Manzanillo en 1918. Es decir, que Carmela en la actualidad se acerca a la edad que tenía Sindo cuando ella comenzó a entrevistarlo para recoger sus testimonios.

El guitarrista y compositor Sindo Garay nació en Santiago de Cuba el 12 de abril de 1867 y murió en La Habana el 17 de julio de1968.

Sobre los últimos años de vida de Sindo, durante los cuales se mantenía bastante lúcido, leo en alguna parte del libro “Andaba siempre reviviendo el pasado que cada día se le hacía más lejano. ‘Debí nacer después’, comentaba a veces. Cuando se encontraba con alguna obra hecha por la revolución, exclamaba: ‘¡Este muchacho de Birán es el único que arregla esto¡’ El día 12 de abril de 1967, con motivo de celebrar su centenario, expresó: ‘Ahora que cumplo cien años es cuando comprendo lo breve que es la vida’.”

Estudiosos de renombre y compositores como Eduardo Sánchez de Fuentes, José y Manuel Mauri, Jorge Anckermann y Manuel M. Ponce, siempre se asombraron de que el autor de La mujer bayamesa y muchas otras creaciones, “sin saber una sola nota musical, hiciera lo que hizo y que diera el salto que lo adelantó a su tiempo. "

Carmela menciona la sapiencia misteriosa de Sindo.


Foto derecha : La escritora y cantante lírica Carmela de León Román recibe la Distinción por la Cultura Nacional, en el Museo Nacional de la Música, La Habana, noviembre de 2008. Ha publicado cuentos, poemas y entrevistas en periódicos y revistas. Trabajó en la radio de Santiago de Cuba y en La Habana en CMQ. Es autora de los libros Isolina Carrillo. Dos gardenias para ti y del mencionado Sindo Garay. Memorias de un trovador, con una primera edición en 1990 y otra en 2002.


martes, 1 de diciembre de 2009

OIGO VOCES.

Por: Lázaro Sarmiento

Al mediodía, a través de la voz de un rostro invisible, comenzó mi relación afectiva con la radio. Antes de asistir a los turnos de la tarde en la secundaria básica en Luyanó, ni un solo día me perdía a Chucho Herrera en Sorpresa Musical de Radio Liberación. Era la época de las canciones rompecorazones de Raphael y Charles Aznavour y del predominio en el aire de la Isla de los grupos españoles con letras dulzonas y fáciles, como nos parecía era la vida a los adolescentes. Pero más que la música, me atraía la conducción del programa, el célebre “reloj grande y redondo” que Chucho mencionaba, y las descripciones que hacía de La Rampa observaba desde una ventanita imaginaria en la cabina de transmisión. Hasta envié a Sorpresa unos textos cortos como colaboración de un oyente. Con el tiempo fui siguiendo otros programas: La flecha de cobre, Entre paréntesis, Después que llegó Colón...Las voces de esos espacios con el locutor como abre alas levantaban en los oyentes mundos de pasiones, aventuras y hazañas. Así, escuchando voces, me enamoré de la radio hasta que un día me ví dentro de la estación que yo sintonizaba, haciendo programas de verdad y jugando con las palabras, la música y los silencios. Desde entonces no he dejado de relacionarme con voces radiofónicas , con algunas más que otras, como las de Teresa Gómez y Félix Carbonell en los días de “objeto volante no identificado sobre las antenas de la COCO" (Fuera de Serie), Gladys Roque, Danilo José, María Gregoria , Frank Alemán y Carlo Figueroa, Robert Martín (Radio Futuro, Musicalísimo y Café Ciudad), Joel Valdés (Banda sonora de la mañana), Rolando Zaldívar, Alain León, Frank Abel, Roilé Rodríguez, Alexei Martínez, Braulio Cancio, Alex Wilson, (Radio Ciudad) y las voces enciclopédicas de la música instrumental: Katy, Cecilia, Ana Margarita, Zady, Mirta y Hazel Andreu.

La radio existe gracias a sus labios.


(1ro de diciembre, Día del Locutor)

Foto de arriba: Teresa Gómez (locutora), Lázaro Sarmiento (director) y Diego Ubita (realizador).Programa Fuera de la Serie de la COCO. Falta en la foto el otro locutor del espacio: Félix Carbonell. Fuera de Serie resultó elegido en México en dos ocasiones (1990 y 1991) el mejor programa de ciencia y tecnología de América Latina por la Unión Latinoamericana y del Caribe de Radiodifusión, ULCRA.
Abajo: Cabina de transmisiones de Radio Enciclopedia durante un programa especial con el pianista Ulises Hernández, en el 2009. De pie: Lázaro Sarmiento (director de programas), Luisa Márquez (directora general de Radio Enciclopedia), Alicia Soto (periodista) y María Meyado (locutora). Sentados frente a la consola: Ulises Hernández y la locutora Yenny Tauro.

domingo, 29 de noviembre de 2009

LA NOCHE EN QUE NACIO LA MITOLOGIA DE JOSEPHINE BAKER


Transcurría el año 1925 y disminuía el número de espectadores en los espectáculos del Teatro de los Campos Elíseos de París. En opinión del pintor Fernard Léger había que “encontrar una cosa tremenda, explosiva” para atraer al público nuevamente. Entonces los empresarios franceses buscaron "esa cosa" en Nueva York. Allí formaron la Revista Negra, destinada a actuar en París, con Josephine Baker como máxima estrella.

Las circunstancias del debut de la Revista Negra en la capital de Francia, las evocaba el escritor Alejo Carpentier en el artículo La mitología de Josephine, publicado en 1959 en el diario venezolano El Nacional:

“El caso fue que un día de octubre de 1925, el telón del Teatro de los Campos Elíseos se alzó ante un público sumamente hostil, que había sido preparado por varios periódicos para silbar el espectáculo. Se tenía por intolerable y escandaloso que una compañía de artistas negros, del género frívolo, se presentara en un edificio decorado por Maurice Denis y por Bourdelle.”

Y más adelante, Carpentier recordaba:

“Pero no ocurrió lo que se esperaba. Bastó con la aparición del clarinetista Sydney Bechet, para que el público observara un silencio respetuoso...Y luego entró Josephine Baker, en la escena, sometiendo la felina sintaxis de su cuerpo a los ritmos de la orquesta. En menos de cinco minutos la partida estaba ganada. Sonó luego una ovación tan tremenda y prolongada, que fue necesario echar el telón para que el espectáculo prosiguiera normalmente...Esa noche nació la mitología de Josephine Baker, a la sombra de Léger, de Desnoes, de Picabia...

JOSEPHINE EN LA HABANA. La vedette Josephine Baker estuvo cinco veces en Cuba de 1950 a 1966. De estas visitas hay una amplia información en el sitio digital de la revista Opus Habana: JOSEPHINE BAKER, DE PARIS A LA HABANA, así como en Habana Radio: JOSEPHINE BAKER EN CUBA (I)

viernes, 27 de noviembre de 2009

SEMBRANDO ARBOLITOS DE NAVIDAD

Por: Lázaro Sarmiento

En diciembre, mi primo y yo disfrutábamos imitando con nuestra ración de nueces de la bodega (¿o eran avellanas?) una escena de la película El príncipe y el mendigo. En la pantalla del televisor Emerson, dos niños de Hollywood machacaban con el poderoso sello real de Inglaterra la gustada golosina. Nosotros en un barrio de La Habana lo hacíamos con el mortero de la abuela para triturar las especias. Recuerdo de la infancia los turrones y frutos secos que en unas navidades de la década del sesenta el Gobierno Revolucionario debió comprar en algún lugar de Europa, para distribuir en todos los hogares de la Isla a través de la libreta de abastecimiento. Sin embargo, no encuentro en la memoria el momento en que desaparecieron los arbolitos de Navidad tan cercanos a las nueces de fin de año. La vida generaba tantas emociones entonces que poco importó se borrara un decorado que nada tenía que ver con las ideas y colores del trópico. Luego, cuando los pinos enanos y los adornos navideños -y hasta la nieve de mentira- volvieron a decorar con profusión viviendas y espacios públicos, después de años y quinquenios, quedé sorprendido por la larga longevidad de las bolas de Navidad. No me refiero a las que comenzaron a a venderse en 1993 en las tiendas de divisas, si no a las que la gente guardó en cajitas con algodones durante una hibernación de décadas. Estaban intactas como en la lejana fiesta en que habían brillado por última vez.

Pienso en las manos que guardaron las bolas de Navidad y en su engañosa fragilidad.



Arriba: En una tienda de la calle Obispo en La Habana Vieja dos empleados trabajan en la decoración navideña.


martes, 24 de noviembre de 2009

LA ARTISTA QUE INSPIRÓ CANCION DE RACHEL


Por: Lázaro Sarmiento

Amalia Sorg fue la vedette en la que se inspiró Miguel Barnet para escribir Canción de Rachel. Esta novela testimonio se publicó en 1969 y desde entonces ha tenido numerosas ediciones en Cuba y en otros países , así como versiones para el teatro y el cine. En las próximas semanas se celebrarán los veinte años del estreno en La Habana de La bella del Alhambra, el filme que Enrique Pineda Barnet realizó a partir del libro de su primo.

Miguel Barnet ha dicho que de todas las vedettes del Teatro Alhambra, Amalia Sorg era la más sensual, la más sicalíptica: “La conocí de 88 años, en 1969. Se ponía unos tacones muy altos, pelucas, maquillaje exagerado. Me enamoré de ella, un amor platónico, y ella de mí, no tan platónicamente.”

Ella narraba su historia al joven etnólogo y poeta y él la recreaba con su imaginación y cultura. El resultado fue la vida de Amalia (Rachel) tal como ella se lo contó al escritor y tal como él se la contó después a ella. Como otros personajes de la literatura en el mundo , Rachel debe tener mucho de la invención de su autor .

La tiple cómica Amalia Sorg nació en Nueva York en 1886 y murió en La Habana en 1974. Según el Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba, de Radamés Giro, en 1898 vino a residir en La Habana, para después establecerse durante varios años en Barcelona, España, donde, como alumna de un convento estudió piano y recibió clases de canto. De vuelta a Cuba ingresó en el coro del teatro Albisu y un día sustituyó a una de las principales figuras de ese coliseo en el sainete El perro chico. Desde ese momento trabajó como solista.


Del Albisu, pasó al Molino Rojo, hasta que fue contratada por Federico Viloch para que actuara en el Alhambra, situado en Consulado y Virtudes, un teatro que durante décadas disfrutó de extraordinaria popularidad. Allí brilló en obras como La isla de las cotorras y Fiebre del loro. Cuando el Alhambra se derrumbó en 1935, Amalia Sorg se retiró de la vida artística. En compañía de otras estrellas del mítico teatro, recibió un homenaje en el año 1963 durante el Festival de Música Popular, en el escenario del Amadeo Roldán. Las imágenes fílmicas que se conservan de la noche de aquel espectáculo constituyen un valioso testimonio.

Luego Amalia Sorg apareció en el nostálgico documental de Manuel Octavio Gómez Recuerdos del Alhambra (1963) junto a los rostros ya envejecidos de Blanquita Becerra, Amalia Sorg, María Pardo, Luz Gil…Todas antiguas reinas de “un teatro para hombres solamente…que lo vio todo el mundo.” Este documental logra llegar a la actualidad con un delicioso encanto histórico y artístico.

En una ocasión le preguntaron a Barnet ¿qué es una vedette?: “ Una artista, una fantasía colectiva, un objeto sexual, quintaesencia del glamour, marioneta de los hombres, un momento de alegría, una leyenda negra y también rosa, rehén de su belleza, una vida deshilachada, un mito contemporáneo.”

Un poco de todas esas cualidades había en Amalia Sorg.


Rosita Fornés y Miguel Barnet. El director Enrique Pineda Barnet tenía la intención de que la famosa vedette cantara Quiéreme mucho en una escena de La bella del Alhambra. “Rachel se fascinaba con ella y se proponía alcanzar su mismo nivel. Era un homenaje que le quería hacer a Rosita Fornés, pero por una serie de razones no pude contar con ella”. (Pineda en una entrevista en Bohemia, octubre de 1989)
M

lunes, 23 de noviembre de 2009

CAFÉ PARIS

Por: Lázaro Sarmiento

Ser diplomático es la primera condición para un cantinero, según el barman Jimmie Charters. Ex boxeador inglés de pesos ligeros, Charters fue el responsable del gran éxito del bar Dingo, en el barrio de Montparnasse de París, durante las décadas de 1920 y 1930. El lugar llegó a conocerse como la Barra de Dingo y entre sus clientes figuraban Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, Aleister Crowley, Isadora Duncan, Sinclair Lewis, John Dos Passos, Ezra Pound y Nancy Cunard.

En 1937 Jimmie Charters publicó sus memorias bajo el título This Must Be the Place: Memoirs of Montparnasse.

“El cantinero debe siempre animar al cliente con sus charlas, si él es gustoso de ellas, porque eso significa aumentar la venta y retenerlo para que consumo más. Un cantinero jamás debe presentar un cliente a otro. Los clientes, sin ser presentados, gustan charlar unos a otros y les desagrada que los presente formalmente un cantinero, porque en realidad no lo consideran su igual”. (Citado en el libro El arte del cantinero. Los vinos y los licores, de Hilario Alonso Suárez, publicado en La Habana en 1948. )

Cuban Milk Punch (Ponche cubano de leche)

1 vasito de vainilla.
1 huevo fresco.
1 cucharadita de azúcar.
3 vasitos de leche fresca.
Hielo. Bátase, cuélese y sírvase en vaso alto.

Ocasionalmente me gustaría ser barman de un pequeño lugar como el Café París, esquina de Obispo y San Ignacio, en el Centro Histórico de La Habana. Detrás de la barra de maderas preciosas, observaría feliz la vida pasar.


Fotos: Alfredo Zamora

viernes, 20 de noviembre de 2009

ILUSIONES, PAPELES Y DESEOS, VEINTE AÑOS ATRÁS.


Una historia de ilusiones perdidas, desesperadas ambiciones y honestos deseos...Así promocionaban el filme Papeles secundarios hace veinte años en la revista Bohemia (3 de noviembre de 1989), a unas semanas del XI Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. El mismo número de la publicación se refería al VI Festival Caracol de la Asociación de Cine, Radio y TV de la UNEAC, donde el Programa de Ramón (Radio Ciudad de La Habana, entonces la emisora joven de la capital) se había convertido en el centro de las discusiones durante el evento teórico sobre “el abordaje de la realidad en los medios”. Bohemia también se hacía eco de la ponencia para el Caracol de Joaquín Cuartas (el patriarca de la radionovela en Cuba en las últimas décadas) en la cual afirmaba: "Escribir es un arte difícil. Ser honesto escribiendo lo es más”.

En la imagen de Bohemia, el elenco del Programa de Ramón, encabezado por su director Fernández Larrea, en los jardines del Hotel Nacional de La Habana, octubre de 1989.

martes, 17 de noviembre de 2009

LA HABANA, VIDA PRIVADA


Por: Lázaro Sarmiento

La Habana es el principal set erótico y sexual de numerosas vidas contadas . Admiramos el esplendor de su pasado arquitectónico, la exuberancia de columnas, el eclecticismo de sus barrios, el modernismo de El Vedado, los parques republicanos, las avenidas floridas, los palacios con nuevos destinos... Disfrutamos el ocio expectante, los licores en las barras, las coreografías y en ocasiones hasta la falta de privacidad. Abrimos las mil puertas de mil pasarelas con etiquetas diferentes...

Y también en este espacio los habaneros nos miramos unos a otros con ternura, deseo o ¿morbo? (los adjetivos igualan el número de plazas urbanas) y nos tocamos y alimentamos el placer en sus esquinas, en los asientos públicos, al final de un pasillo, en la negrura del asfalto, en habitaciones calurosas o refrigeradas.

Recuerdo una noche en la que desde la ventana de una casa – que no era la mía- veía una extensión de azoteas repletas de trastes y alambres, y no muy lejos, cerrando el cuadro, el edificio rejuvenecido de la Lonja del Comercio. Éramos dos cuerpos sobre la cama en la edad de los inmortales. Y debajo de aquella superficie de techos sombreados y de tanques de agua y señales de video rebotando de un lugar a otro, seguramente había más cuerpos (como los nuestros) orgullosos de sus fluidos.

Nunca he sentido una imagen de La Habana tan cerca del sexo como esa vez. Tuve la sensación de que nuestra desnudez flotaba en algún punto entre la ventana y la cúpula de la Lonja, en una alfombra de azoteas. 4 A.M: esperamos el amanecer abrazados a un pedazo de la ciudad. No hemos vuelto a encontrarnos.

La vida bajo los techos de La Habana ...




Parque de la Fraternidad. Arriba: Piso superior de la Lonja del Comercio. La Habana. Fotos: Lázaro Sarmiento.



ENLACES RELACIONADOS:
HACER EL AMOR EN MEDIO DE LA CIUDAD
HAY MUCHAS FORMAS DE HACER EL AMOR
MARY PICKFORD Y EL DESTINO DE UN HOMBRE
HACER EL AMOR: ORGASMO CREATIVO
SEXO. LA PRIMERA VEZ



domingo, 15 de noviembre de 2009

LA HABANA, IMAGENES DE NUEVO MERCADO DE ARTESANIA


Por: Lázaro Sarmiento

El fin de semana me fui a la nueva sede de los “artesanos de la catedral”: el Centro Cultural Antiguos Almacenes San José, en la Avenida del Puerto, de cuyas instalaciones ayer publiqué en este blog algunas fotos. Estoy seguro de que este mercado se convertirá muy pronto en uno de los sitios preferidos de los habaneros. En la imagen de la izquierda, rumbo al Vedado luego de visitar los almacenes, observo desde la ventanilla de un ómnibus de la ruta P-5 un restaurado café frente al embarcadero de la lanchita de Regla.



Este centro cultural forma parte de un proyecto mayor de la Oficina del Historiador de la Ciudad, con el apoyo de diversas instituciones del Estado, para rescatar el esplendor de la Avenida del Puerto. Los primeros resultados ya son admirables desde la Plaza de San Francisco hasta los Antiguos Almacenes San José.


Hay que seguir soñando y trabajando para materializar el sueño de que La Habana toda sea algún día como lo que ahora estamos viendo y disfrutando en muchos lugares de su Centro Histórico.


Los Antiguos Almacenes San José están junto a la Iglesia de Paula, a orillas de la bahía habanera. Desde los primeros días de noviembre y después de una cuidadosa restauración, los viejos almacenes se convirtieron en un funcional mercado de artesanía artística (ubicado antes en las cercanías de la Plaza de la Catedral). La entrada es libre y abre todos los días de la semana.

ENLACES RELACIONADOS:

sábado, 14 de noviembre de 2009

LA HABANA: BUENAS NOTICIAS DESDE EL PUERTO.

Por: Lázaro Sarmiento

Una instalación magnífica. Una vista espléndida. Una proyecto brillante de enriquecimiento espiritual y ambiental. Acabo de romper una de las reglas de este blog: utilizar pocos adjetivos. Pero fueron las primeras palabras que surgieron para describir el placer que sentí al recorrer las instalaciones del nuevo Centro Cultural Antiguos Almacenes San José, en la Avenida del Puerto de La Habana.

Unos amplios almacenes construidos en 1885 (con la mejor tecnología de la época) se han convertido desde los primeros días de noviembre -luego de una esmerada restauración- en la nueva sede de los populares “artesanos de la Catedral.“

En alguna parte leo las buenas noticias: “Teatro, exposiciones, música, agradables espacios para el diálogo, y bellos y funcionales mercados de artesanía artística forman parte de este proyecto que, desde el presente, contribuirá a enaltecer la belleza de la ciudad y a un armónico enriquecimiento espiritual y ambiental de quienes estamos llamados a amarla y cuidarla cada día más.”

Desde la Oficina del Historiador de la Ciudad también se anuncia que “la reapertura de los antiguos almacenes San José, devenidos en un hermoso Centro Cultural, es sólo el preámbulo de una obra mayor que devolverá vida y esplendor a cada uno de los edificios y rincones de la Avenida del Puerto...”

Hay que seguir soñando y trabajando para materializar el sueño de que La Habana toda sea algún día como lo que ahora estamos viendo y disfrutando en muchos lugares de su Centro Histórico.






Imágenes del Centro Cultural Antiguos Almacenes San José, en la Avenida del Puerto de La Habana. Funcionales instalaciones para la venta de artesanía artística. Un sitio privilegiado para contemplar la Bahía de La Habana. Fotos: Lázaro Sarmiento 13.11.09


ENLACES RELACIONADOS:
LA HABANA: COLECCIONANDO IMAGENES
AVENIDA DEL PUERTO
DESEMBARCO POR LA LANCHITA DE REGLA
LA HABANA, PASEO DEL PRADO FRENTE AL CAPITOLIO

jueves, 12 de noviembre de 2009

LOS ABANICOS DEL HOTEL GRANADA.


Por: Lázaro Sarmiento

Sigfredo Ariel llegó a mi casa con unos abanicos de cartón como regalo. Sigfredo Ariel es un poeta cuyos obsequios poseen siempre una hermosa cualidad imaginaria, un vaso comunicante hacia realidades paralelas. Los abanicos tienen los rostros de Kirk Douglas y Gene Kelly, fotografiados en su época de galanes. Se confeccionaron hace más de cincuenta años. Sin embargo, parecen recién salidos de la imprenta. Estaban destinados originalmente a mitigar el calor de los huéspedes del Hotel Granada, una instalación muy modesta en la calle Corrales no. 10 y 12, en La Habana. Open All Night. Este hospedaje era el “preferido para la luna de miel” y “por los viajeros del interior, montado con todos los adelantos modernos”, consignan los textos pretenciosos en el dorso de los abanicos. Sigfredo los encontró en un contenedor de basura en la esquina próxima al antiguo hotel, convertido desde hace décadas en edificio familiar. Allí vio a las luminarias del cine asomar sus caras en medio de hollejos de naranja, borra de café y pedazos de madera vencidas por la humedad. Durante unos minutos, el poeta se convertió en un buzo, una palabra prestada para nombrar a las personas que escarban en los desechos de la ciudad en busca de cosillas de poco valor. En ocasiones, los buzos luchan entre ellos por repartirse la basura. Fueron numerosos los Kirk Douglas y Gene Kelly rescatados por las manos de Sigfredo. Y de las suyas han pasado a las manos de algunos de sus amigos.


Un poeta siente el deber de rescatar la nostalgia del fondo de la basura.

Fachada del antiguo hotel Granada, calle Corrales no. 10 y 12, entre Egido y Zulueta. La Habana

Los abanicos han resistido varias décadas su propia vejez y la de los huéspedes del hotel y también la desaparición de sus habitaciones.

Esquina de Corrales y Zulueta. La Habana .Hasta hace unos años en esta esquina estuvo la posada, digo, hotel Venus.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

VENTANAS DE LA HABANA.



Por: Lázaro Sarmiento


En esta casa en la calle Tejadillo se venden antigüedades. Los viejos anuncios de Coca Cola, que en una época estuvieron en calles y en las paredes de bodegas y cafeterías, constituyen una de las principales ofertas. Me gustaría llevarme algunas de las cosas exhibidas en esta sala habanera pero el bolsillo y las pautas del minimalismo lo impiden.






San Lázaro es uno de los santos más venerados en Cuba. Este joven cumple una promesa de vestirse con prendas de fibra de saco y empujar descalzo una carretilla con la imagen del santo por las calles de La Habana Vieja. Aquí hace una parada en el Café Luz de la calle Obispo. Cada 17 de diciembre se produce la apoteosis de la adoración a San Lázaro con masivas peregrinaciones hasta el sanatorio del Rincón, en las afueras de la capital.

Es probable que las antiguas taquillas del balcony del cine Actualidades de La Habana nunca vuelvan a prestar servicio. Hasta hace muy poco tiempo el Actualidades era el cine en funciones más antiguo de Cuba (algunos dicen de América Latina) pero ya estas ventanilla no se usaban. Desde el pasado año el local está cerrado.



lunes, 9 de noviembre de 2009

LAS MENTIRAS MÁS CRUELES



En el inicio del capítulo tres de su novela Contact, el astrónomo y escritor Carl Sagan colocó las siguientes frases:

“Las melodías que pueden escucharse son dulces, pero aquellas que no pueden escucharse lo son más”. John Keats, Oda a una Urna Griega.

“Las mentiras más crueles a menudo se dicen en silencio”. Robert Louis Stevenson, Virginihus Puerisque (1881).

Y más adelante, en el mismo capítulo, cita a Franz Kafka:
“Las sirenas poseen un arma más letal aún
que su canto: su silencio...
es posible que alguien haya podido escapar
de su canto
pero de su silencio, jamás.”


Arriba: The Warlhol Collection.

sábado, 7 de noviembre de 2009

KING Y LAS LUCES DEL PRADO.

Por: Lázaro Sarmiento


King se recostaba todas las noches a la farola de la esquina de Prado y San José, a unos pasos de la marquesina del cine Payret. Y lo hacia con la naturalidad de un bajorrelieve viviente del Paseo del Prado de La Habana. King había sido ayudante en el estudio fotográfico Narcy, en la época de los reportajes de farándula en la revista Bohemia y los anuncios de cerveza con lindas modelos en las vallas de las carreteras.

Narcy, “fotógrafos de los artistas”, siempre estuvo después de Armand, “el fotógrafo de las estrellas”. Ese mundo era historia muy antigua, cuando un amigo cazador de anécdotas y productor de discos hizo que me fijara en aquel señor mayor, pulcro, perfumado y bien vestido, conversador y memorioso, que cada noche se “encadenaba” a la luminaria de la entonces concurrida esquina del Payret . Lo rodeaban amigos ocasionales y principiantes que aprendían “de la vida” con la experiencia de la gente de más edad.

Casi todas las vedettes de los tiempos de King en la fotografía estaban retiradas en Cuba o el extranjero y algunas vivían en asilos. Sin embargo, King continuaba trabajando la imagen. Ahora sus ojos seguían a jóvenes de la ciudad y el campo, que alardeando de sus hormonas, músculos, gestos y camisas semiabiertas, desfilaban delante de sus espejuelos de aumento: desde el portal de La Sortija hasta el Parque Central, y luego el mismo trayecto a la inversa. King era feliz en aquel pedazo de acera, de donde solo se apartaba para ir al Teatro Musical o a las funciones de ópera y ballet de la sala García Lorca. Pero un día no se le vio junto a su farola. Había enfermado.

Fui con el productor de discos al apartamento de King en la calle San Miguel para conocer su estado de salud. Allí se había construido una especie de jaula dentro de la propia casa. En la puerta de su habitación que daba a la sala relucía un enorme candado. Años atrás trajo a vivir con él a una muchacha necesitada de vivienda. Luego la muchacha se enamoró, se casó, tuvo hijos que ahora corrían por la edad de la peseta, y King se convirtió en una persona ajena en el seno de la familia que una vez quiso inventarse. Ellos hablaban de temas que a él no le interesaban, veían en televisión programas que a él no le gustaban, y lo observaban de una manera que a él le dolía. Por último, ellos obtuvieron de las leyes derechos eternos de ocupación del inmueble.

King no podía recibir las visitas que hubiera querido, ni brindarles té, ni tampoco enseñarles las fotos de artistas que había sacado del estudio Narcy antes de la intervención. Y mucho menos soñar con abanicar en su cama a alguno de los paseantes del Prado durante una noche de calor, aunque el deseo podía costarle la vida como les había ocurrido a otros homosexuales en la ciudad.

De pronto sintió la necesidad de que lo cuidaran. Pensó que lo mejor sería irse a Camagüey a vivir con su única hermana, Carmelina, la cual residía sola en un impresionante palacete colonial. Se despidió de su farola la noche en que estrenaron en el Payret Fresa y chocolate.

Años después me encontré a King ya muy apagado y encogido en la calle República de la ciudad de Camagüey durante un evento de la radio. Y aunque los cuerpos que sus ojos desnudaban los hay en todas la ciudades del mundo, lo primero que me preguntó fue por su esquina de Prado y San José en La Habana.

Me asusta la fragilidad de los paisajes.

Abajo: Acera de La Sortija, en Monte y Prado. Imágenes actuales del Paseo del Prado de La Habana. Arriba izquierda: Obra de Michael Kirkham.






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